MADRID, 09 (SERVIMEDIA)
La pérdida de hielo de la cuenca más grande de Groenlandia, al noreste de esa isla, está ocurriendo mucho más rápido y podría contribuir hasta seis veces más al aumento del nivel del mar del planeta en 2100 de lo que los modelos climáticos proyectaban hasta ahora.
Así se explica en un estudio dirigido por investigadores del Dartmouth College y la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos), y la Universidad Técnica de Dinamarca, y publicado este miércoles en la revista ‘Nature’.
La corriente de hielo del noreste de Groenlandia podría agregar al menos 1,3 centímetros de agua al nivel del mar para fines de este siglo, lo que equivale a la contribución total de la capa de hielo de Groenlandia durante los últimos 50 años.
El estudio combinó datos satelitales y modelos numéricos con datos GPS recopilados del interior de Groenlandia durante la última década.
En 2012, la intrusión de corrientes oceánicas cálidas provocó el colapso de la extensión flotante de noreste de Groenlandia lo que aceleró el flujo de hielo y desencadenó una ola de adelgazamiento rápido del hielo que se extendió río arriba.
Los investigadores descubrieron que este adelgazamiento se extiende tierra adentro desde la costa de Groenlandia hasta 200 o 300 kilómetros y que otros glaciares en la isla pueden estar sufriendo el mismo destino.
“Muchos glaciares se han estado acelerando y adelgazando cerca del margen en las últimas décadas: los datos del GPS nos ayudaron a detectar cuánto tierra adentro se propagan estos cambios que ocurren cerca de la costa”, indica Mathieu Morlighem, profesor de Ciencias de la Tierra en el Darmouth College.
CAPA MÁS SENSIBLE
Morlighem recalca: “La capa de hielo de Groenlandia no es necesariamente más inestable de lo que pensábamos, pero puede ser más sensible a los cambios que ocurren alrededor de la costa. Si esto es correcto, la contribución de la dinámica del hielo a la pérdida de masa total en Groenlandia será mayor de lo que sugieren los modelos actuales”.
Este investigador y Youngmin Choi, exestudiante en la Universidad de California en Irvine que ahora trabaja en el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, compararon los datos del GPS recopilados de la capa de hielo con modelos numéricos que desarrollaron para capturar la respuesta dinámica del noreste de Groenlandia tras el colapso de la extensión flotante del glaciar Zachariae Isstrom en 2012.
Probaron su modelo contra varias leyes de fricción hasta que sus resultados coincidieron con los datos de la capa de hielo. Luego corrieron el modelo hacia el futuro y descubrieron que el noreste de Groenlandia podría perder seis veces más hielo de lo que estiman los modelos climáticos existentes.
“Podemos ver que toda la cuenca se está adelgazando y la velocidad de la superficie se está acelerando”, destaca Shfaqat Abbas Khan, de la Universidad Técnica de Dinamarca, antes de añadir: “Cada año, los glaciares que hemos estudiado se han retirado tierra adentro y predecimos que esto continuará durante las próximas décadas y siglos. Bajo el forzamiento climático actual, es difícil concebir cómo podría detenerse este retroceso”.
Aunque el invierno de 2021 y el verano de 2022 fueron particularmente fríos, los glaciares del noreste de Groenlandia han seguido retrocediendo. Esa zona es un desierto ártico donde la precipitación es tan baja que recibe 25 milímetros de agua por año en algunos lugares, lo que significa que la capa de hielo no se está regenerando lo suficiente como para compensar el deshielo.
Eric Rignot, profesor de ciencias del sistema terrestre en la Universidad de California en Irvine, señala que es probable que deban corregirse al alza las estimaciones del aumento global del nivel del mar de 22 a 98 centímetros para 2100 proyectado por el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés).
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