La alta demanda y su crecimiento sostenido, tanto en el mercado interno como en Europa, consolida el pistacho como una inversión de futuro
MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
El cultivo del pistacho en España se ha disparado un 3.000% en 10 años impulsado por el clima, la mejora en la tecnificación y la profesionalización de la gestión, según refleja los datos del estudio ‘Presente y futuro del cultivo del pistacho y de su procesado. Una perspectiva empresarial’, elaborado por Agróptimum, grupo empresarial agroalimentario y biotecnológico.
En concreto, el informe destaca el aumento del 3.000% de la superficie cosechada desde 2013, principalmente en tierras yermas o de baja rentabilidad localizadas en la España Vaciada, sobre todo en Castilla-La Mancha y Andalucía.
De esta forma, España se encuentra en una posición estratégica para liderar la producción de pistacho en Europa, gracias a sus condiciones climáticas favorables, la mayor profesionalización del sector con la llegada de nuevos operadores que apuestan por el uso de tecnologías e innovación que elevan la calidad del producto final y la proximidad a importantes mercados de exportación como la Unión Europea.
La alta demanda global del pistacho por el cambio en los patrones alimenticios y la escasez de oferta genera un pronóstico alcista del precio de este fruto seco, garantizando un panorama favorable para productores y comerciantes a largo plazo.
Se espera que para 2040, la superficie cultivada de pistachos a nivel mundial alcance casi 1,8 millones de hectáreas, con una producción global de más de 1,6 millones de toneladas. Esta tendencia asegura un mercado robusto y en expansión.
UN CULTIVO RESISTENTE AL CAMBIO CLIMÁTICO
De esta forma, el pistachero es un árbol longevo, con una esperanza de vida que puede superar los 100 años, por lo que genera beneficios durante décadas.
Además, cuenta con un sofisticado mecanismo para tolerar el estrés hídrico, ya que su sistema radicular es capaz de alcanzar capas muy profundas para extraer agua, es más eficiente absorbiéndola que el olivo y el almendro, y tiene la capacidad de modular su crecimiento según la disponibilidad de agua.
De esta forma, el pistachero es un árbol más preparado para el cultivo en secano en los ambientes semiáridos de España. Además, es resistente a la salinidad y las enfermedades. Se adapta a los envites del cambio climático y a suelos tradicionalmente yermos o poco cultivables. Tiene una mayor productividad que otros leñosos a menor coste y, con las condiciones adecuadas, puede entrar en producción en 3,5 años.
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