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Propiedad de la Fundación Carlos Amberes, el cuadro permanecerá en el museo hasta 2026
MADRID, 3 (EUROPA PRESS)
El Museo del Prado agrega a su colección de Pedro Pablo Rubens, de manera temporal hasta el 2026, su cuadro ‘El martirio de San Andrés’, una obra maestra de la última época del artista, pintado hacia 1636-1639, que vuelve a exponerse en el Prado más de tres décadas después. Propiedad de la Fundación Carlos Amberes, como ha asegurado su presidente, su regreso al museo es “un acto de justicia”.
“Depositar el San Andrés en el Prado es un acto de justicia con la importancia de la obra que ahora se integra en el conjunto de las otras obras maestras del autor”, ha afirmado el presidente de la Fundación Carlos de Amberes, Miguel Ángel Aguilar.
“El cuadro ‘El martirio de San Andrés’ constituye esa especie de ADN, de columna vertebral de nuestra colección. Un artista importantísimo, uno de los grandes artistas de la historia del arte europeo, del que el Museo Nacional del Prado atesora unas 124 obras en total de pinturas y esculturas, de las cuales un centenar son pinturas”, ha detallado este lunes el director adjunto de Conservación e Investigación, Alfonso Palacio, en la sala 16B del edificio Villanueva, donde permanecerá expuesta el cuadro.
‘El martirio de San Andrés’ estará en el Prado hasta 2026 –cuando se estima que se acaben las obras de rehabilitación arquitectónica de la sede de la Fundación Carlos de Amberes– y aporta a la colección del Taller de Rubens del Prado una temática “diferente”, la religiosa.
Según Palacio, el Prado atesora muchos cuadros de Rubens cuya temática es la mitológica o la pintura erótica, pintados para el rey Felipe IV, mientras que ‘El martirio de San Andrés’ es religioso.
“Hay una especie de pacto oficioso de tareas entre Rubens y Velázquez, Rubens aporta las mitologías para la Corte de España, y Velázquez es el pintor que hace retratos y que se encarga de decorar el salón, por ejemplo, justamente en estos años treinta”, ha afirmado.
Otra de las características de ‘El martirio de San Andrés’ es su marco, ya que conserva el original hecho por los ebanistas Abraham Lers y Julien Beymar, criados de Felipe IV.
De hecho, el marco de ‘El martirio de San Andrés’ es el único que expone el Prado del siglo XVII porque, según Palacio, casi todos los cuadros de esta época –de 1600 a 1700 de la Colección Real– se reenmarcaron en 1750 para dar homogeneidad a la colección, y se pusieron marcos muy parecidos a los dorados que se ven en el Prado. “Para nosotros es muy interesante cuando encontramos un resto de algo que hemos perdido”, ha remarcado.
“Un marco es una protección pero también es un vestido que se le pone a un cuadro, aprendemos sobre el gusto de la época conociendo el marco original cuando en una gran colección como la de Rubens del Pardo no tenemos ningún otro cuadro con marco original”, según ha detallado.
En la misma línea, el presidente del Real Patronato del Museo Nacional del Prado, Javier Solana, ha subrayado que se trata de “un cuadro enmarcado en una manera extraordinaria”.
ORIGENES DE LA OBRA
El origen del cuadro comienza cuando un agente en Madrid de la Imprenta Plantiniana de Amberes llamado Jan van Vucht encargó a Rubens este lienzo para decorar el altar mayor de la iglesia del Real Hospital de San Andrés de los Flamencos, donde fue instalado en 1639. Se trata, por tanto, de una obra perteneciente a la última etapa de la producción del maestro flamenco, que realizó en los mismos años en los que trabajaba para el proyecto de la Torre de la Parada.
El hospital fue fundado en la calle de San Marcos de Madrid en 1606 cumpliendo la voluntad del difunto Carlos de Amberes con la finalidad de dar cobijo a los pobres y peregrinos procedentes de las diecisiete provincias de los Países Bajos. Se construyó una nueva iglesia en 1621, año de la reversión de la soberanía de estas provincias a Felipe IV.
Es muy probable que el encargo de este lienzo estuviese relacionado con la intención de atraer a esta iglesia la festividad de San Andrés, que se celebraba habitualmente en la Real Capilla de los Austrias y estaba vinculada a la orden del Toisón de Oro, por ser patrono de la Casa de Borgoña y los estados de Flandes.
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