Por tierra, entran en la Franja alrededor de una tercera parte de los camiones autorizados antes del 7 de octubre
MADRID, 14 (EUROPA PRESS)
La inminente llegada a la Franja de Gaza de un barco de la ONG ‘Open Arms’ con ayuda de World Central Kitchen implicará un hito inédito en la asistencia humanitaria a la población gazatí, si bien las organizaciones que trabajan sobre el terreno siguen insistiendo en que las operaciones por mar o por aire no pueden sustituir en ningún caso el acceso por los pasos terrestres.
Antes de que los atentados perpetrados el 7 de octubre por Hamás desatasen una ofensiva militar a gran escala sobre Gaza, entraban de media unos 500 camiones cargados con ayuda, según la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de Naciones Unidas. El Gobierno israelí respondió a los ataques con un bloqueo total del territorio.
Este cierre resultó ser clave, en la medida en que Israel, que ya había impuesto un bloqueo parcial en 2007, controla prácticamente todos los cruces, a excepción del de Rafá, situado en el sur de la Franja y fronterizo con Egipto. Así, la ayuda ha quedado reducida a niveles mínimos en los meses siguientes y no ha recuperado a día de hoy los datos previos al 7 de octubre.
Según la OCHA, en la semana del 1 al 7 de octubre entraron en la Franja de media 164 camiones al día, una tendencia que previsiblemente se mantendrá durante la semana siguiente. El 8 y el 11 de marzo pudieron cruzar hacia Gaza 236 vehículos, pero el día 10 apenas lo hicieron 109.
El paso de Rafá ha sido la principal puerta de acceso de la ayuda y, de hecho, tras el estallido del conflicto los envíos internacionales se canalizaron a través de Egipto. El Gobierno israelí accedió a reabrir el paso de Kerem Shalom, pero cualquier ayuda que entre a Gaza a través de este punto debe contar con el visto bueno –y la supervisión exhaustiva– de Israel.
Esta semana, Israel permitió la apertura de una nueva ruta terrestre para que, por primera vez en tres semanas, la ONU pudiese llevar ayuda a la zona norte de la Franja. La ayuda, en la que participó Marruecos, fue inspeccionada en Kerem Shalom, y entró en el territorio costero por uno de los canales habitualmente reservados a las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
LA VÍA AÉREA
La ONU, las ONG y los gobiernos internacionales han reclamado en reiteradas ocasiones a Israel a que facilite el acceso por tierra de la ayuda, habida cuenta del riesgo de hambruna que existe ya en la Franja de Gaza, pero ante la negativa de las autoridades israelíes se han buscado nuevas vías para llegar a la población gazatí.
La más utilizada hasta ahora han sido los lanzamientos de ayuda desde el aire, con unas operaciones en las que han colaborado, entre otros países, Estados Unidos. Las Fuerzas Armadas de Jordania, pioneras en este tipo de operativos, han confirmado ya 42 lanzamientos propios y 54 en colaboración con otros aliados.
Sin embargo, este tipo de operaciones no está exenta de riesgos –la semana pasada murieron cinco personas por la caída sin paracaídas de algunos de estos lotes–, ni tampoco parece que basten para paliar las necesidades sobre el terreno.
Más de 20 ONG advirtieron el miércoles en un comunicado de que estos lanzamientos apenas permiten que lleguen “unas pocas toneladas” a la población, mientras que un convoy de cinco camiones puede transportar “alrededor de cien toneladas” de carga.
Las ONG consideran, además, que la ayuda debe ser entregada sobre el terreno por “equipos profesionales”, capaces de discernir las necesidades y de organizar el reparto, entendiendo también que este tipo de operaciones contribuye a “dar esperanza y dignidad a una población traumatizada y desesperada” tras cinco meses de ofensiva militar.
EL CORREDOR MARÍTIMO
La tercera vía es la marítima, motivo de debate ya a finales de 2023 pero que no ha terminado de concretarse hasta ahora, una vez que Israel ha terminado de dar su visto puerto. Chipre, y más concretamente el puerto de Larnaca, servirá de punto de partida para los barcos que quieran navegar hacia el enclave palestino, donde Estados Unidos se ha comprometido a habilitar una zona de descarga.
El barco de ‘Open Arms’ partió el martes con 200 toneladas de ayuda a bordo, sin decir exactamente cuándo llegaría a la Franja por razones de seguridad. El miércoles zarpó un segundo buque, y la previsión es que la ruta fluya y se efectúen nuevas partidas en los próximos días.
También en el caso de las entregas por mar, las autoridades israelíes han dejado claro que vigilarán con lupa los bienes que entran en la Franja. El Ejército ha explicado este jueves que agentes israelíes acompañan al ‘Open Arms’ y han revisado todo el equipo, con el objetivo de “garantizar que sólo llega ayuda humanitaria a la Franja de Gaza”.
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