MADRID, 05 (SERVIMEDIA)
La “discriminación” que sufren los gitanos en Europa y la “magnitud” de las “violaciones de derechos humanos” a las que se enfrentan “es escandalosa y exige una acción firme”, incluyendo la adopción de “una política de tolerancia cero hacia el discurso de odio contra la población romaní”.
Así lo advirtió este viernes el comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa, Michael O’Flaherty, en un comunicado emitido en vísperas de la conmemoración del Día Internacional del Pueblo Gitano, que se celebra el lunes.
Tras puntualizar que en el continente viven entre diez y doce millones de romaníes, denunció que “muchos” de ellos se “enfrentan” a la “discriminación en todos los ámbitos de la vida”, incluyendo la “segregación y exclusión” en el acceso a la vivienda y la educación y las “múltiples barreras” que afrontan a la hora de acceder al trabajo, la atención sanitaria y los bienes y servicios, lo que, a su juicio, “les lleva a la marginación y a la pobreza”.
“Los romaníes siguen padeciendo un antigitanismo generalizado, un racismo específico que adopta varias formas, que van desde el discurso cotidiano contra los gitanos por parte de los ciudadanos de a pie, los políticos y los medios de comunicación hasta los más atroces, como los crímenes de odio contra los romaníes”, abundó.
En paralelo, O’Flaherty defendió que la “discriminación generalizada” y los “prejuicios arraigados” contra los romaníes en la Europa actual son el “resultado de siglos de violencia, estigmatización y desigualdad” y lamentó que el uso de la población gitana como “chivo expiatorio en tiempos de crisis” es un “fenómeno recurrente”.
AUMENTA LA INCITACIÓN AL ODIO
A este respecto, criticó que dicha discriminación “se ha vuelto a poner de relieve recientemente en el contexto de la pandemia”, que puso de manifiesto un “aumento de la incitación al odio contra las comunidades gitanas en toda Europa”.
“Las personas romaníes que huyen de la guerra de Rusia contra Ucrania han sido discriminadas cuando intentan acceder a refugios y otras formas de asistencia”, agregó, para insistir en que la “protección” de los derechos humanos de los romaníes “debe convertirse en una prioridad absoluta en los Estados miembro”.
En este punto, consideró que deben “reconocer” el “alcance” del antigitanismo la sociedad y el “nivel de violaciones de los derechos humanos que se derivan de él”. “Los políticos deben adoptar una política de tolerancia cero hacia el discurso de odio contra la población romaní”, añadió, convencido de que este colectivo debe tener “pleno acceso” a la justicia en la práctica para “remediar las violaciones de derechos humanos a las que se han enfrentado”, lo que incluye la “plena aplicación” de las sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos relativas a él.
En segundo lugar, abogó por diseñar políticas basadas en los derechos y por “aplicarlas adecuadamente” para “combatir el antigitanismo, la discriminación y la marginación de la población romaní” y juzgó “fundamental” el “fomentar” el “empoderamiento” y la participación de los romaníes, sabedor de la importancia de “trabajar con los romaníes y no para ellos”.
PERSISTENTE FALTA DE DATOS SOBRE SU SITUACIÓN
Junto a ello, estimó que los Estados miembro deben “abordar” la, a su entender, “persistente” falta de datos sobre la situación de los gitanos en el espacio del Consejo de Europa, al entender que “hace imposible medir el alcance total de las violaciones de los derechos humanos que les afectan”.
“Esto también significa abordar la falta de denuncias de estas violaciones por parte de los romaníes a las autoridades, mediante la distribución de información sobre los mecanismos disponibles para la protección de los derechos humanos, el refuerzo de la confianza mutua y la mejora de la respuesta de las autoridades”, sentenció.
Por último, llamó a “reconocer, promover y, sobre todo, celebrar” la cultura gitana “en toda su diversidad” y las “contribuciones” de la población gitana a la sociedad, “no solo en el Día Internacional del Pueblo Gitano, sino todos los días”, así como a elaborar y aplicar “eficazmente” instrumentos con el fin de “sensibilizar” a la población en general y “enseñar en las escuelas sobre la cultura, la historia y el idioma romaníes”.
“Queda mucho por hacer para lograr la plena igualdad e inclusión de los gitanos en las sociedades europeas y, si bien hay esperanza de progreso, tampoco hay tiempo que perder”, admitió, para avanzar su intención de “apoyar” a los romaníes y “utilizar” su mandato “al máximo para ayudarles a reclamar y disfrutar de los derechos humanos”.
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