MADRID, 9 (EUROPA PRESS)
Los confinamientos durante la pandemia de COVID-19 tuvieron un efecto significativo en los niveles de ideación suicida, según un nuevo estudio publicada en la revista científica ‘Open Medicine’ y realizado en una clínica psiquiátrica de Serbia poco después de un confinamiento nacional.
Para las personas con enfermedades mentales graves, la pandemia de COVID-19 fue especialmente difícil. Durante el confinamiento, la pérdida de contactos sociales y de empleo, las preocupaciones económicas, el miedo a la enfermedad, la sensación de aislamiento y la reducción del acceso al tratamiento psiquiátrico actuaron como factores de estrés que podían exacerbar una enfermedad mental o incluso provocar dicha enfermedad en individuos previamente sanos.
Para estudiar el efecto de los confinamientos sobre las enfermedades mentales graves y una de sus consecuencias más graves, el suicidio, la autora principal, Suzana Tosic Golubovic, de la Universidad de Nis (Serbia), y sus colegas examinaron los registros de los pacientes de una clínica psiquiátrica de Serbia y preguntaron a los pacientes sobre su experiencia de la pandemia.
Los investigadores estudiaron a los pacientes que ingresaron en la clínica entre mayo y agosto de 2020, justo después de que Serbia saliera del confinamiento. Luego compararon a estos pacientes con los que ingresaron durante los mismos meses en 2018 y 2019.
La ideación suicida, que implica que alguien piense o desee su propia muerte, aumentó significativamente en los pacientes de 2020 tras el confinamiento en comparación con los de 2018 y 2019. Los intentos de suicidio también aumentaron en los pacientes de 2020, aunque esta tendencia no fue estadísticamente significativa.
Los pacientes de 2020 también mostraron niveles más altos de trastorno de adaptación, en el que los pacientes tienen dificultades para adaptarse a una situación o evento estresante en su vida.
Los pacientes que habían intentado suicidarse en 2020 tenían más probabilidades de estar expuestos a información sobre la pandemia en las redes sociales y eran más propensos a presentar un trastorno de adaptación y un trastorno depresivo mayor.
Llamativamente, el 60 por ciento de los pacientes que habían intentado suicidarse en 2020 nunca habían recibido tratamiento psiquiátrico antes, lo cual era una proporción significativamente mayor que en los pacientes que intentaron suicidarse en 2019.
Los resultados muestran el grave impacto que tuvo el confinamiento en los pacientes vulnerables, y ponen de relieve la necesidad de proporcionar protecciones para estos pacientes si se requieren confinamientos en el futuro.
“La prevención del suicidio en la era de la COVID-19 es una cuestión importante y difícil. Se necesitan más estudios de investigación para averiguar cómo se pueden mitigar las consecuencias para la salud mental durante y después de la pandemia de COVID-19”, concluyen los autores.
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