MADRID, 04 (SERVIMEDIA)
Investigadores del Laboratorio de Ciencias de la Visión y Aplicaciones del Departamento de Óptica de la Universidad de Granada (UGR), tras analizar la visión nocturna, comprobaron que la percepción de halos visuales en torno a estímulos luminosos intensos es mayor con el color azul que también provoca una mayor sensibilidad al deslumbramiento.
Según informó este martes el centro de investigación, la presencia de halos visuales y otras alteraciones de la visión nocturna, como el deslumbramiento, son molestias que pueden aparecer en condiciones de baja iluminación y en presencia de fuentes de luz intensas, como farolas o los faros de un coche que viene de frente. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en la revista ‘Scientific Reports’.
En conducción nocturna o durante un simple paseo por la noche estas perturbaciones pueden afectar al desempeño normal de la tarea en cuestión. En la práctica clínica, en Oftalmología u Optometría, la percepción de halos y el deslumbramiento son comunes en pacientes con alguna patología ocular, cataratas o incluso en algunos pacientes tras cirugía ocular, aunque también pueden estar presentes, en menor medida, en personas con una buena salud visual, dependiendo del estado de sus medios oculares.
Normalmente, indicaron los investigadores, estas alteraciones de la visión nocturna se suelen evaluar en la práctica clínica mediante cuestionarios, aunque en los últimos años se desarrollaron algunos test visuales que los científicos bautizaron con el nombre de ‘halómetros’ para evaluar estas disfunciones.
ALTERACIONES VISUALES
Uno de estos ‘halómetros’ fue desarrollado por científicos de la UGR, que mide la capacidad de discriminación visual en condiciones de baja iluminación. La evaluación de las alteraciones visuales nocturnas con estos ‘halómetros’ se suele hacer con estímulos acromáticos, es decir, estímulos que carecen de tono y pertenecen a la escala de grises.
Sin embargo, el estudio desarrollado por los investigadores de la UGR evaluaron la percepción de halos y otras alteraciones de la visión nocturna usando tanto estímulos acromáticos como estímulos cromáticos, más concretamente estímulos de color rojo, verde y azul.
Los investigadores encontraron que las alteraciones de la visión nocturna más intensas fueron para los estímulos azules, tanto para visión monocular (con un ojo) como para visión binocular (con ambos ojos). La percepción de halos fue significativamente mayor para los estímulos azules comparada con el resto de estímulos (acromáticos, verde y rojo), cuyos resultados fueron más parecidos entre sí.
La investigación también evaluó la sensibilidad al deslumbramiento mediante un parámetro conocido como “straylight” que cuantifica el velo luminoso sobre la retina como consecuencia de la difusión de la luz al atravesar los medios oculares y que además permite clasificar en distintos grados patologías como la catarata.
CONDUCTORES
También se hizo tanto para estímulos acromáticos como para estímulos de color rojo, verde y azul. Esta sensibilidad al deslumbramiento fue mucho mayor para estímulos luminosos de color azul, manteniéndose en la línea de los resultados con el ‘halómetro’.
Los investigadores atribuyeron estos resultados a una mayor difusión de la luz azul en el ojo, unido a una mayor aberración cromática y una menor sensibilidad retiniana para este tipo de estímulos y explicaría un mayor deslumbramiento a las fuentes de luz LED con alta contribución de azul.
Estos resultados podrían ser de especial interés en la conducción nocturna para evaluar el rendimiento visual de diferentes conductores, ya que es en estas condiciones donde se produce una importante contribución a la tasa de accidentabilidad en carretera.
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