El organismo subraya que “la mayoría de las personas no pueden comprar materiales para calentar sus hogares”
MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha alertado de un aumento “acelerado” de los casos de neumonía y desnutrición infantil en Afganistán a causa de la crisis económica, que pone a la población en una tesitura de tener que elegir entre “comer o tener calefacción”, una situación especialmente preocupante debido a la llegada del invierno.
El CICR ha señalado que en 33 hospitales afganos que cuentan con apoyo del organismo se ha registrado un aumento del 90 por ciento de los casos de desnutrición infantil en 2022 respecto a los datos de 2021, pasando de 33.000 a 63.000 en lo que va de año.
Concretamente, el número de menores de cinco años que están recibiendo tratamiento por neumonía en un hospital infantil de la capital, Kabul, ha aumentado un 55 por ciento en 2022 en comparación con el mismo período del año pasado.
“El nivel de pobreza en Afganistán ha aumentado en relación con los últimos años. La mayoría de las personas no pueden comprar materiales para calentar sus hogares y proteger del frío a sus hijos”, ha explicado Abdulqayum Azimi, médico del CICR que coordina el programa de la organización en el hospital Indira Ghandi de Kabul. “Tampoco pueden comprar alimentos adecuados para los niños, por lo que los casos de neumonía están en aumento, y los de malnutrición asociada a la neumonía también aumentarán”, ha dicho.
En este sentido, el CICR ha indicado que la situación “sigue siendo alarmante”, a pesar de que la intensidad de los enfrentamientos ha disminuido “significativamente” a raíz de la toma de la capital por parte de los talibán en agosto de 2021, lo que marcó su retorno al poder 20 años después de la invasión encabezada por Estados Unidos.
El organismo ha explicado que 24 millones de personas, más de la mitad de la población, necesita asistencia humanitaria, mientras que 20 millones, la mitad de los afganos, sufre inseguridad alimentaria aguda, una situación ahondada por las sanciones internacionales y el impacto de la guerra en Ucrania sobre la economía mundial.
El conflicto ha provocado un repunte de los precios del trigo, el aceite de cocina y los fertilizantes han aumentado, mientras que muchas personas perdieron sus fuentes de ingreso y agotaron sus reservas financieras. El sector agrícola también ha sufrido los efectos de terremotos, sequías e inundaciones, según el CICR.
“Las familias afganas se enfrentan a una decisión imposible: alimentarse o tener calefacción. La realidad es que no pueden costear ninguna de las dos cosas, con la consecuencia de un aumento preocupante de los casos de malnutrición y neumonía”, ha sostenido Martin Schuepp, director de Actividades Operacionales del CICR.
“Las organizaciones humanitarias no pueden dar respuesta a todos los abrumadores pedidos de ayuda. Por eso, instamos a los estados y a los organismos de desarrollo a que regresen a Afganistán y continúen prestando apoyo a los millones de personas que lo necesitan aquí”, ha manifestado.
En esta línea, Hayi Uali, padre de un bebé de ocho meses enfermo de neumonía, explica que, en caso de que reciba el alta y puedan llevarlo a casa, “enfermará de nuevo porque no es posible pagar el coste de la calefacción de una alimentación adecuada”. “Ya perdí a uno de mis hijos por neumonía. Pero ¿a quién debería llamar para pedir ayuda?”, lamenta.
Por su parte, Mahjabin, madre de cinco niños, constata “un empeoramiento” de las condiciones de vida en el país. “Hoy no tenemos fuentes de ingresos, ni dinero para llevar a mis hijos a la clínica cuando enferman. El invierno ya casi llegó, y no tengo nada para hacer un fuego y proteger a mis hijos del frío. Me entristece mucho verlos en esta situación en la que ni siquiera tienen ropa”, relata.
Abbas, un vendedor de madera, abunda sobre el impacto de la crisis sobre la vida de la población: “No hay compradores. Nadie tiene dinero. Ni siquiera se puede conseguir un trabajo para costearse una comida. No hay más opción que dejar que los niños sufran frío en invierno o quemar basura para mantenerse con vida “.
Por ello, Schuepp ha hecho hincapié en que “todos los días se salvan vidas gracias a la labor dedicada y valiente de hombres y mujeres que son parte del personal de salud, pero la comunidad internacional debe redoblar su apoyo, ya que las organizaciones humanitarias no pueden ser un reemplazo eficiente y a largo plazo de un sector público operativo”.
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