MADRID, 27 (EUROPA PRESS)
El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) ha advertido de que los países del Sahel se asoman a un abismo de “desesperación” por los efectos del cambio climático y de los conflictos armados, que han alimentado también las tensiones en las comunidades locales, principalmente en aquellas que albergan a desplazados.
La nueva presidenta del CICR, Mirjana Spoljaric, que ha concluido una visita a la región, ha percibido un aumento de las tensiones, con familias “desesperadas por una mejor calidad de vida”. En Malí, “estuve con mujeres que tuvieron que enterrar a sus hijos mientras huían de su aldea”, ha explicado.
Bintou se quedó viuda tras morir su marido de sed en plena huída y vive en un campamento improvisado a las afueras de Gao con cinco de sus diez hijos –los otros cinco están en diferentes partes de la región–. “Desde la crisis de 2012, no hemos vuelto a tener paz”, ha lamentado.
“Los combatientes armados asesinaron a todos los hombres, a nuestros maridos, a nuestros hijos e hijas, y violaron a algunas mujeres”, ha recordado.
Unos 4,5 millones de personas se han visto obligados a abandonar sus hogares en Malí, Níger y Burkina Faso, lo que supone un aumento del 200 por ciento en dos años. El 80 por ciento de la población de la zona depende del sector primario, por lo que el desplazamiento implica también perder su sustento.
Con una asistencia humanitaria “limitada”, muchas personas “no ven una salida”, por lo que Spoljaric ha llamado a “romper este círculo vicioso de cambio climático y violencia que impide que los pobladores vivan de su tierra”, según un comunicado de la organización.
“En tiempo de inestabilidad mundial y retos humanitarios crecientes, debemos hacer todo lo que está a nuestro alcance para que los países del Sahel no queden olvidados”, ha reclamado la responsable del CICR, que aboga por inversiones específicas para, por ejemplo, mejorar la resiliencia frente al cambio climático.
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