MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) ha publicado un informe en el que destaca la amenaza que supone el aumento de la resistencia a los antimicrobianos (RAM) en la bacteria ‘Neisseria gonorrhoeae’, comúnmente conocida como gonococo, la causante de la gonorrea.
Para el ECDC, esta “preocupante tendencia”, indicada por los datos de vigilancia, subraya la “necesidad crítica” de un seguimiento continuo para informar las directrices de tratamiento y las medidas de control, y para garantizar el “uso prudente” de los antimicrobianos, en un contexto de aumento de los casos de gonorrea en Europa.
Los datos de la Vigilancia de la Susceptibilidad Antimicrobiana Gonocócica en la Unión Europea/Espacio Económico Europeo para 2022 muestran dos cepas resistentes a la ceftriaxona, el antibiótico recomendado para el tratamiento de la gonorrea. Estas cepas también mostraron resistencia extensa a los medicamentos (XDR) y resistencia múltiple a los medicamentos (MDR), lo que limita aún más las opciones de tratamiento.
En 2022, 23 países europeos enviaron 4.396 aislados de pacientes diagnosticados con gonorrea al Programa Europeo de Vigilancia Antimicrobiana Gonocócica (Euro-GASP). La proporción de aislados resistentes a la azitromicina aumentó significativamente al 25,6 por ciento, en comparación con el 14,2 por ciento en 2021.
La azitromicina se utiliza a menudo con ceftriaxona para tratar la gonorrea, por lo que este hallazgo es especialmente preocupante, aputan desde el ECDC. La resistencia a la ciprofloxacina también aumentó, con un 65,9 por ciento de aislados que mostraron resistencia en 2022, frente al 62,8 por ciento en 2021.
“Si bien la resistencia a la cefixima sigue siendo baja (0,3%), es crucial mantener la vigilancia, especialmente porque las cepas gonocócicas resistentes a la cefixima y la ceftriaxona se están extendiendo internacionalmente”, destaca el ECDC.
Asimismo, Een 2022 se notificaron un total de 70.881 casos confirmados de gonorrea en 28 países de la UE/EEE, lo que representa un aumento del 48 por ciento con respecto a 2021. La tasa de notificación para la UE/EEE en 2022 es la más alta registrada desde que comenzó la vigilancia europea de las infecciones de transmisión sexual en 2009.
RETO SALUD PÚBLICA
El ECDC asegurara que, aunque la mayoría de las infecciones por gonorrea en la UE/EEE siguen siendo tratables con los antibióticos recomendados actualmente, las tendencias al aumento de la resistencia “son preocupantes y exigen una mayor vigilancia”.
El aumento de cepas resistentes puede comprometer la eficacia de las opciones terapéuticas existentes, lo que supone un importante reto para la salud pública hasta que se disponga de nuevas opciones terapéuticas. Para hacer frente a estas preocupaciones, el ECDC recomienda una vigilancia reforzada, una vigilancia continua y ampliada de la sensibilidad a los antimicrobianos de calidad garantizada para detectar y controlar rápidamente los patrones de resistencia, y revisar y actualizar periódicamente las directrices de tratamiento basándose en los últimos datos de vigilancia sobre la resistencia a los antimicrobianos para garantizar que se dispone de las opciones terapéuticas más eficaces.
Invertir en el desarrollo de nuevos tratamientos antimicrobianos y regímenes alternativos es vital para adelantarse a la evolución de la resistencia, destaca el organismo.
El ECDC también recomienda reforzar las iniciativas de salud pública destinadas a prevenir la propagación de la gonorrea, incluido un mayor acceso a los servicios de diagnóstico, así como fomentar la cooperación internacional para ayudar a vigilar y controlar la propagación de cepas resistentes a través de las fronteras.
El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades también ha subrayado la importancia de la prevención para frenar la propagación de la gonorrea y mitigar el riesgo de RAM.
En este sentido, recomienda la promoción de prácticas sexuales más seguras, incluido el uso correcto y sistemático del preservativo durante las relaciones sexuales vaginales, anales y orales, algo “crucial para reducir la transmisión”.
“Las pruebas de detección de infecciones de transmisión sexual y el tratamiento precoz también son primordiales”, según el organismo, que además asegura que “el uso prudente de antimicrobianos es esencial para frenar el desarrollo y la propagación de cepas resistentes”. Esto incluye seguir las pautas de tratamiento recomendadas, evitar el uso innecesario de antibióticos, completar el ciclo completo de antibióticos prescritos y aconsejar a los pacientes que vuelvan a hacerse pruebas para asegurarse de que se han curado, finaliza el ECDC.
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