MADRID, 23 (EUROPA PRESS)
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) y la Sociedad Clínica Europea del Sida (EACS) han publicado un informe que evalúa el estigma y la discriminación relacionados con el VIH en los entornos sanitarios de Europa y Asia Central, revelando importantes lagunas en los conocimientos sobre la transmisión y la prevención del VIH entre los trabajadores sanitarios.
Esta falta de conocimientos está asociada a mayores niveles de estigma y discriminación contra las personas que viven con el VIH, lo que obstaculiza los esfuerzos para alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible de poner fin al sida para 2030.
Según el estudio, uno de cada cuatro trabajadores sanitarios carecía de conocimientos sobre el concepto de “indetectable es igual a intransmisible”, que significa que las personas con VIH que alcanzan y mantienen una carga viral indetectable no pueden transmitir sexualmente el virus a otras personas.
Por otro lado, el 44 por ciento carecía de conocimientos sobre profilaxis postexposición (PEP) y casi el 60 por ciento sobre profilaxis preexposición (PrEP). Menos de un tercio de los encuestados tenía conocimientos correctos sobre las tres afirmaciones relativas a la transmisión y prevención del VIH.
“Hay una necesidad acuciante de intervenciones sólidas y multidisciplinares, que abarquen la educación y las directrices a nivel de centro para eliminar el estigma, mejorar los conocimientos sobre el VIH entre el personal sanitario y garantizar una atención equitativa y no estigmatizadora para todas las personas que viven con el VIH. Abordar estas cuestiones es esencial para alcanzar el objetivo mundial de acabar con la epidemia de sida para 2030”, ha afirmado Teymur Noori, experto en VIH del ECDC y coordinador del estudio.
Un porcentaje pequeño pero notable de trabajadores sanitarios (8%) declaró que evitaría el contacto físico, y una cuarta parte dijo que utilizaría guantes dobles cuando atendiera a una persona seropositiva.
Algunos profesionales sanitarios también expresaron sus reservas a la hora de atender a poblaciones clave con mayor riesgo de contraer el VIH, como las personas que se inyectan drogas, los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, los profesionales del sexo o las personas transexuales. Al parecer, estas actitudes estaban influidas por la falta de formación y la percepción de un mayor riesgo.
A pesar de la presencia de protocolos y directrices para proteger contra la infección por VIH y prevenir la discriminación en muchos centros, todavía había una falta sustancial de concienciación o de aplicación de estas políticas en algunos entornos.
También se denunciaron prácticas discriminatorias, y más de uno de cada cinco encuestados fue testigo de la falta de disposición a prestar atención a personas que viven con el VIH o corren el riesgo de contraerlo. Además, casi un tercio de los encuestados observó comentarios discriminatorios o negativos sobre las personas que viven con el VIH y casi el veinte por ciento presenció la revelación del estado serológico respecto al VIH sin consentimiento.
Estos hallazgos son especialmente importantes, ya que el estigma relacionado con el VIH está vinculado a resultados sanitarios negativos, como el retraso en la atención, la evitación de los centros sanitarios y la escasa adherencia a la medicación, lo que en última instancia obstaculiza los esfuerzos de prevención y tratamiento del VIH.
Para el ECDC, es necesario comprender “cómo y en qué contextos” se manifiesta el estigma del VIH en los entornos sanitarios para poder intervenir y abordar los factores individuales e institucionales del estigma y la discriminación hacia las personas que viven con el VIH.
El informe se incluye dentro del trabajo que está llevando a cabo el ECDC para evaluar el progreso de la implementación de la Declaración de Dublín sobre la Asociación para la Lucha contra el VIH/sida en Europa y Asia Central a través de una serie de informes temáticos e informes de evidencia.
LA MAYORÍA DE LOS ENCUESTADOS ERAN MÉDICOS Y ENFERMEROS
Para la realización del estudio, se registraron un total de 18.430 respuestas de 54 países, con variaciones sustanciales entre los mismos. El número de respuestas de los países osciló entre 1 y 2.816 respuestas.
La mayoría de los encuestados eran mujeres (74%), más de la mitad (52%) tenían entre 25 y 44 años y desempeñaban diversas funciones sanitarias, aunque la mayoría eran médicos (44%) y enfermeros (22%).
La mayoría de los encuestados no tenía constancia de haber tratado a ninguna persona seropositiva (45%) o el número de pacientes tratados era inferior a cinco (27%).
Solo el 9 por ciento había tratado a más de 100 personas seropositivas durante el último año. La mayoría de los encuestados trabajaba en un hospital (58%), pero también se mencionaron otros entornos sanitarios, como la Atención Primaria (17%), y el 18 por ciento de los encuestados trabajaba en departamentos de enfermedades infecciosas o de atención al VIH.
Además de considerar el panorama general de Europa y Asia Central, los datos se presentan por subregiones de la OMS (Oeste, Centro, Este), que agrupan a grandes rasgos zonas de Europa y Asia Central por su geografía. A los de este informe, Kosovo y Liechtenstein también se han incluido y asignado a las subregiones Centro y Oeste, respectivamente. También se presentan los datos de los países de la Unión Europea/Espacio Económico Europeo (UE/EEE).
Debido al bajo índice de respuesta en algunos países, los datos de este informe se presentan agregados para la muestra total y las subregiones. En total, el 52 por ciento de los encuestados vivía en la subregión Occidental, el 33 por ciento vivían en la subregión Centro y el 15 por ciento en la subregión Este. De todos los encuestados, el 67 por ciento vivían en la UE/EEE, que incluía países de las tres subregiones.
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