MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
El disco giratorio de gas y polvo (o disco de acreción) que orbita el agujero negro supermasivo del centro de la Vía Láctea, llamado Sagitario A*, emite un flujo constante de llamaradas sin períodos de descanso. Mientras que algunas llamaradas son destellos débiles que duran apenas unos segundos, otras son erupciones cegadoras y brillantes que se producen a diario.
Así lo concluye un estudio, publicado en ‘The Astrophysical Journal Letters’ y apoyado por la NASA y la Fundación Nacional de Ciencias, en el que un equipo de astrofísicos dirigido por la Universidad Northwestern utilizaron el Telescopio Espacial James Webb (JWST) de la NASA para revelar un espectáculo de luces continuo y de gran velocidad, lo cual es la visión más larga y detallada hasta ahora del vacío que se esconde en medio de la galaxia.
El análisis muestra que hay destellos aún más débiles que se mantienen durante meses. El nivel de actividad se produce en un amplio intervalo de tiempo, desde breves interludios hasta períodos prolongados. Los hallazgos del trabajo podrían ayudar a los físicos a comprender mejor la naturaleza fundamental de los agujeros negros, cómo interactúan con sus entornos circundantes y la dinámica y su evolución.
El investigador de la Universidad de Northwestern y director del estudio, Farhad Yusef-Zadeh, explicó que se espera que se produzcan llamaradas en prácticamente todos los agujeros negros supermasivos, pero el agujero negro de la Vía Láctea “es único”. Siempre está repleto de actividad y nunca parece alcanzar un estado “estable”. Los científicos observaron el agujero negro varias veces a lo largo de 2023 y 2024, y notaron cambios en cada observación. Vieron algo diferente cada vez, lo cual es “realmente notable” porque “nada permaneció igual”.
Para realizar el estudio, Yusef-Zadeh y su equipo utilizaron la cámara de infrarrojo cercano (NIRCam) del JWST, que puede observar simultáneamente dos colores infrarrojos durante largos períodos de tiempo. Con la herramienta de obtención de imágenes, los investigadores observaron Sagitario A* durante un total de 48 horas, en incrementos de ocho a 10 horas a lo largo de un año. Esto permitió a los científicos rastrear cómo cambiaba el agujero negro con el tiempo.
Las observaciones revelaron fuegos artificiales continuos de distintos brillos y duraciones. El disco de acreción que rodea al agujero negro generó de cinco a seis grandes llamaradas por día y varias pequeñas subllamaradas entre medias. Los científicos vieron un brillo en “constante cambio y efervescencia” y, tras ello, disco de acreción de brillo, dijo Yusef-Zadeh.
Aunque los astrofísicos aún no comprenden por completo los procesos que intervienen, Yusef-Zadeh sostuvo que hay dos procesos distintos que son responsables de las explosiones cortas y las llamaradas más largas. El estudio ejemplifica que, si el disco de acreción es un río, entonces los destellos cortos y débiles son como pequeñas ondas que fluctúan aleatoriamente en la superficie del río. Sin embargo, las llamaradas más largas y brillantes se parecen más a maremotos, causados por eventos más significativos.
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