MADRID, 19 (SERVIMEDIA)
El Centro Dramático Nacional (CDN) alzará mañana viernes el telón de su nueva temporada con el estreno de ‘This Is Not an Embassy (Made in Taiwan)’, con concepto y dirección de Stefan Kaegi y dramaturgia de Szu-Ni Wen, un montaje que aborda la compleja situación geopolítica de Taiwán, que estará en cartel hasta el domingo.
Según informó el CDN, Stefan Kaegi se ocupa de obras en las que, mediante la investigación, audiciones públicas y procesos conceptuales, “da voz a expertos sin formación actoral, pero con cosas que contar”.
En ese sentido, en el marco de una residencia artística en Taipéi, se reunió con numerosos artistas, industriales y diplomáticos para pergeñar un retrato de Taiwán como “un territorio ignorado por la gran mayoría de la ciudadanía”.
A su juicio, “China ha dejado claro una y otra vez en la escena internacional que, en su opinión, Taiwán no es un país independiente y que bajo ninguna circunstancia debería ser considerado como tal, ni siquiera representado como tal en un mapa”. A pesar de que “Taiwán tiene muchos amigos y socios comerciales internacionales”, continuó Stefan Kaegi, “nadie puede darse el lujo de enemistarse con China, la segunda economía más grande del mundo”.
Así pues, a través de las historias de personas reales, como Chiayo Kuo, un activista digital; David Chienkuo Wu, un exdiplomático; y Debby Szu-Ya Wang, una música y heredera de una empresa de té de burbujas, se cuentan distintos prismas sobre la situación de Taiwán a través de modelos, simulaciones y proyecciones de vídeo.
Stefan Kaegi observó que “como portavoces de un territorio, pueden contar mejor su historia al público, la historia de un territorio a la vez lejano y cercano, tan parecido y tan diferente, donde se puede explorar formas de practicar la democracia, en un contexto de herencias múltiples y étnicamente diversas”.
Para esta nueva producción, vuelve a mostrar su inclinación por el vídeo en directo que ya demostró en sus primeras obras. Junto con el videoartista Mikko Gaestel y el escenógrafo Dominic Huber construye modelos arquitectónicos transformables en edificios complejos, simulando la fundación de una embajada prohibida. A lo anterior contribuye la iluminación de Pierre-Nicolas Moulin y la música de Polina Lapkovskaja (Pollyester), Debby Szu-Ya Wang y Heiko Tubbesing.
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