MADRID, 4 (EUROPA PRESS)
Los inversores de capital riesgo han ido fomentando el crecimiento orgánico y un creciente uso de la Inteligencia Artificial (IA) y las técnicas basadas en datos para impulsar el crecimiento de ingresos y la expansión de márgenes en un contexto marcado desde la pandemia por la reducción de transacciones y desinversiones, según un informe divulgado este jueves por Alvarez & Marsal (A&M).
En concreto, la compañía ha señalado que en 2023 se registró un descenso interanual del 14% en el volumen global de operaciones y una caída del 20% en su valor, en tanto que las desinversiones (salidas o ‘exits’, en la jerga) decayeron un 25% desde 2021.
Este contexto ha provocado que el periodo promedio de retención de las inversiones se eleve a casi seis años, el nivel más alto desde al menos 2014.
En consecuencia, los estrategas de capital riesgo están fomentando más el crecimiento orgánico frente a las estrategias adquisitivas, ya que un 32% de los inversores prefiere ahora el crecimiento orgánico, prácticamente el doble que mantenía esta posición el pasado año.
En contraste, sólo el 15% de los inversores favorecen el crecimiento adquisitivo, lo que denota una acusada caída desde el 43% del año anterior.
De su lado, en orden facilitar nuevas palancas de creación de valor ante el incremento del periodo que los fondos mantienen en las compañías, un 45% de los inversores declara estar utilizando IA en sus planes; además, se espera que un 38% adicional adopte estas tecnologías para el próximo año.
Los usos más comunes de la IA incluyen el análisis de mercado y la competencia (87%), la toma de decisiones estratégicas (79%) y la gestión financiera (70%): “La automatización de procesos y el uso de tecnologías avanzadas, como la IA generativa, se destacan como factores cruciales para mejorar tanto la eficiencia operativa como la experiencia del cliente”, ha redondeado el estudio.
Por su parte, el impacto de los criterios ESG (ambientales, sociales y de buen gobierno) también va cogiendo protagonismo en el el sector, pues un 62% de los inversores percibe un impacto positivo por parte de estos criterios en el rendimiento financiero a largo plazo de las empresas en cartera.
Ahora, según A&M, las actividades ESG se integran de manera más pragmática en las operaciones, combinando iniciativas de optimización de costos con objetivos ambientales y sostenibles.
Al compás de las conclusiones del estado actual de la industria, uno de los ejecutivos de la entidad al frente de la oficina de España y Portugal, Alejandro González, ha apuntado que el panorama actual exige ser “más innovadores y flexibles” en las estrategias de creación de valor.
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