MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
El origen del campo magnético del Sol está sorprendentemente cerca de la superficie de esta estrella, a cerca de 30.000 kilómetros de profundidad.
De hecho, las manchas y las llamaradas solares podrían ser producto de un campo magnético poco profundo, según un estudio realizado por un equipo internacional de investigadores y publicado este miércoles en la revista ‘Nature’.
Desde que se observó por primera vez la actividad magnética del Sol, los astrónomos han intentado determinar dónde se origina ese proceso. Ahora, tras una serie de cálculos complejos en un superordenador de la NASA, los investigadores descubrieron que el campo magnético se genera a alrededor de 30.000 kilómetros debajo de la superficie del sol.
Este hallazgo contradice teorías anteriores que sugieren que el fenómeno tiene orígenes profundos y comienza a cerca de 210.000 kilómetros bajo la superficie del Sol.
Durante siglos, los astrónomos han estudiado los signos reveladores de la actividad magnética del Sol, entre ellos Galileo, quien hizo las primeras observaciones detalladas de las manchas solares en 1612 con los primeros telescopios o incluso a simple vista.
A lo largo de los años, los astrónomos han logrado avances significativos en la comprensión de los orígenes de la dinamo solar (el proceso físico que genera el campo magnético), pero persisten las limitaciones.
Las teorías que sugieren que la dinamo tiene un origen profundo, por ejemplo, predicen características solares que los astrónomos nunca han observado, como fuertes campos magnéticos en latitudes altas.
OSCILACIONES
Para resolver este enigma, el equipo de investigación desarrolló nuevas simulaciones numéricas de última generación para modelar el campo magnético del sol.
A diferencia de los modelos anteriores, el nuevo tiene en cuenta las oscilaciones torsionales, un patrón cíclico de cómo fluyen el gas y el plasma dentro y alrededor del Sol. Como el astro rey no es sólido, como la Tierra y la Luna, no gira como un solo cuerpo. En cambio, su rotación varía con la latitud. Al igual que el ciclo magnético solar de 11 años, las oscilaciones de torsión también experimentan un ciclo de 11 años.
“Debido a que la onda tiene el mismo período que el ciclo magnético, se ha pensado que estos fenómenos estaban relacionados”, indica Daniel Lecoanet, de la Facultad de Ingeniería McCormick de la Universidad del Noroeste (Estados Unidos).
Lecoanet añade: “Sin embargo, la tradicional ‘teoría profunda’ del campo magnético solar no explica de dónde provienen estas oscilaciones de torsión. Una pista intrigante es que las oscilaciones de torsión solo se producen cerca de la superficie del Sol. Nuestra hipótesis es que el ciclo magnético y las oscilaciones de torsión son manifestaciones diferentes del mismo proceso físico”.
Cuando Kyle Augustson, becario postdoctoral en el laboratorio de Lecoanet en la Universidad del Noroeste, realizó las simulaciones numéricas, los investigadores descubrieron que su nuevo modelo proporcionaba una explicación cuantitativa de las propiedades observadas en las oscilaciones torsionales.
El modelo también explica cómo las manchas solares siguen patrones de la actividad magnética del sol, otro detalle que falta en la teoría del origen profundo.
TELECOMUNICACIONES
Con una mejor comprensión de la dinamo del sol, los investigadores esperan mejorar los pronósticos de tormentas solares. Cuando las erupciones solares y las eyecciones de masa coronal se lanzan hacia la Tierra, pueden dañar gravemente la infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones, incluidas las herramientas de navegación GPS.
Las recientes tormentas solares de este mes, por ejemplo, desactivaron los sistemas de navegación de algunos equipos agrícolas justo en la temporada alta de siembra.
Los investigadores consideran como advertencia una tormenta solar aún más poderosa que azotó Canadá en septiembre de 1859. Ese episodio, denominado evento Carrington, dañó el incipiente sistema de telégrafos de ese país.
Si el campo magnético del Sol realmente surge de sus capas más externas, esto podría dar a los científicos una mejor oportunidad de pronosticar erupciones y tormentas geomagnéticas que tienen el potencial de dañar satélites y sistemas de telecomunicaciones, según los científicos.
- Te recomendamos -