MADRID, 30 (SERVIMEDIA)
El calentamiento global provoca que el crecimiento anual de los árboles sea cada vez más similar entre individuos a lo largo del tiempo.
Esa es la principal conclusión de un estudio liderado por las universidades de Alcalá y País Vasco, y con participación de la Universidad Complutense de Madrid, y publicado en la revista ‘Forest Ecology and Management’.
La investigación se centra en el análisis con técnicas dendrocronológicas de datos de crecimiento anual de hayas en el límite sur de su distribución. Desde la década de 1970, la sincronía en el crecimiento de los árboles ha aumentado debido a la mayor frecuencia de episodios climáticos extremos.
“Hemos observado cómo los impactos antropogénicos directos sobre los bosques, a través de los cambios en el uso del suelo, y los impactos indirectos, a través del cambio climático, determinan la sincronía en el crecimiento, siendo los bosques con individuos jóvenes los más vulnerables frente al cambio climático”, según Julen Astigarraga, autor principal del estudio e investigador en la Universidad de Alcalá.
RESILIENCIA
El trabajo resalta la importancia de mantener bosques estructuralmente diversos para mitigar los efectos del cambio climático.
“En general, las estructuras más diversas se encuentran en bosques maduros. Sin embargo, esos bosques son muy escasos en todo el continente europeo, pero a su vez, son extremadamente valiosos para mitigar los impactos del cambio climático”, subraya Paloma Ruiz-Benito, investigadora de la Universidad de Alcalá.
El trabajo evidencia que los bosques de hayas trasmochos, un ecosistema cultural y ecológico caracterizado por bosques abiertos con brotes abundantes en el tronco principal y muy comunes en Guipúzcoa (zona de estudio), muestran una notable resiliencia frente al cambio climático.
“Incrementar la diversidad estructural de los bosques, además de reducir la sincronía en el crecimiento de los árboles, puede ayudar a disminuir la mortalidad de los mismos, potenciar el secuestro de carbono y fomentar la biodiversidad al aumentar la disponibilidad de hábitats”, añade Asier Herrero, investigador de la Universidad del País Vasco.
El estudio se realizó gracias a la colaboración de investigadores de toda la península, así como a los guardas forestales y habitantes de Oñati (Guipúzcoa).
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