
MADRID, 11 (EUROPA PRESS)
Perú tiene el potencial de convertirse en un país de ingresos altos en dos décadas con la implementación de reformas audaces, mientras que, en contraste, bajo las condiciones actuales, el país tardaría 64 años en alcanzar la categoría de ingresos altos.
Así se desprende de un nuevo estudio, titulado ‘Perú: Aprovechando oportunidades para el crecimiento y la prosperidad’ del Grupo Banco Mundial, en el que se destaca que, al implementar reformas estructurales que aumenten la productividad, mejoren la capacidad institucional y permitan acortar las disparidades territoriales, entre otras, el país puede retomar el ritmo de un crecimiento transformador.
Desde 1991, la productividad en Perú creció a una tasa más de 4.5 veces inferior a la del capital y la fuerza laboral, debido a regulaciones ineficientes que han restringido el acceso de las empresas formales a capital y trabajo, alerta el reporte.
En otras economías, las empresas formales más antiguas crecen e incrementan su productividad en el tiempo. El informe revela que, en Perú, esto no ocurre. Una empresa formal con 20 años de trayectoria es solo 3% más productiva que una con cinco años de actividad.
Comparando las empresas peruanas formales con las informales al 2022, el análisis revela que nueve de cada diez informales no son lo suficientemente productivas para formalizarse.
“Perú ha demostrado un notable progreso en décadas anteriores, pero es momento de retomar la ambición nuevamente. Con reformas audaces y un enfoque en la sostenibilidad y la inclusión, Perú puede desbloquear nuevas oportunidades y asegurar un futuro próspero para todos sus ciudadanos”, ha apuntado Issam Abousleiman, director del Banco Mundial para Bolivia, Chile, Ecuador y Perú.
Reducir las disparidades regionales y mejorar la efectividad institucional es crucial para un desarrollo sostenible e inclusivo del Perú. A pesar de los avances, en Perú persisten brechas de ingresos significativas entre las regiones más ricas y las más pobres: el ingreso por persona en Lima es más de dos veces mayor que en Huancavelica, Cusco y Puno.
“Si se logra atraer inversiones a gran escala y asegurar la sostenibilidad ambiental a sectores clave, como el cobre o la agricultura, el país aceleraría su convergencia hacia uno de ingresos altos al 2042”, ha indicado Oscar Calvo-González, director de Prosperidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial.
POTENCIAL PRODUCTIVO DE LAS MUJERES
Entre otras transformaciones señaladas por el documento analítico, se destaca todo el potencial productivo de las mujeres como una nueva fuente de crecimiento para Perú. Si en el mediano plazo, se realizan reformas que logran equiparar la participación de la fuerza laboral femenina a la de los hombres, el PIB per cápita proyectado para 2050 podría ser un 17,7% más alto.
Perú tiene el reto de afrontar el deterioro institucional y la eficacia de la inversión pública. El informe señala que, para fines de 2023, más del 40% del total de los proyectos de inversión pública quedaron abandonados o paralizados.
Además de una reforma del sistema de inversión, la profesionalización del servicio civil y la simplificación administrativa son determinantes para acelerar el crecimiento inclusivo y la prosperidad compartida.
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