MADRID, 01 (SERVIMEDIA)
El gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, señaló este sábado que Europa puede ser “particularmente vulnerable” a un proceso de desglobalización que “puede estar empezando a tener lugar” porque es una economía “muy abierta”, pero apuntó que también tiene “dentro del propio proceso europeo” el “mejor mecanismo” para tratar de compensar “esos potenciales efectos negativos”.
Así lo indicó en la tercera jornada del Foro La Toja en la mesa ‘El futuro de la globalización’ en la que también participaron el consejero delegado de Abanca, Francisco Botas; el presidente ejecutivo de Iberia, Javier Sánchez Prieto, y la directora general de Meta España y Portugal, Irene Cano.
Hernández de Cos señaló que entre las principales tendencias que “se empiezan a observar” destacan el paso de la dependencia a la diversificación, de la eficiencia a la seguridad y desde la globalización a la regionalización.
Sobre la primera cuestión, apuntó que las empresas están yendo más en la dirección de “aumentar la diversificación” en lugar de la “repatriación hacia los lugares de origen” y aunque podría haber “algunos elementos de coste”, el beneficio se reflejaría en que las “perturbaciones que sufrieran esos proveedores tuvieran un impacto menor” en las economías.
Sobre la transición hacia la seguridad, destacó que es algo que están realizando China, Estados Unidos y también Europa, a través tanto de políticas públicas, como el objetivo de la Comisión Europea de doblar su producción de semiconductores, o también las empresas. Así, habrá “ciertos costes en términos de menor distribución de riesgos entre países y mayor coste de transacción en beneficio de una mayor seguridad”.
El paso a la regionalización sería un mecanismo “para tratar de sustituir los efectos positivos de globalización a menor escala en las regiones donde existe mayor control y se sienten más cómodos a nivel geopolítico”.
Para Hernández de Cos, la regionalización está siendo “uno de los elementos fundamentales de la respuesta europea” a todos los riesgos. “No se trata de renunciar al papel que ha jugado Europa dentro del marco del multilateralismo, persiguiendo la globalización, pero sí de ser conscientes de esta nueva realidad”.
El gobernador del Banco de España subrayó, por otro lado, las cuatro principales vulnerabilidades de la economía europea. Así, destacó que Europa padece una dependencia exterior de la importación de materias primas o bienes energéticos, señalando que la transición energética puede reducir “del 60% al 10% en 2050” la importación energética, aunque se requerirá de una mayor importación de materias primas raras.
Asimismo, mencionó como vulnerabilidades menores la diversificación de las exportaciones; la del ámbito financiero, ya que, por ejemplo, “casi un cuarto de la inversión directa se realiza a través de centros ‘offshore’” y, por último, la relativa a las infraestructuras de pagos y mercados financieros.
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