MADRID, 13 (SERVIMEDIA)
El mayor consumo de omega-6 y la reducción de omega-3 son causas directas del aumento de ojo seco, según los datos que se aportaron durante la presentación de libro ‘Nutrición y Oftalmología Culinaria. Enfermedad de Ojo Seco’, que reunió a más de un centenar de oftalmólogos en Basque Culinary Center, enSan Sebastián.
Según oftalmólogos que participaron en la presentación, una dieta rica en omega 6 aumenta 2,5 veces el riesgo de padecer enfermedad de ojo seco. La enfermedad de ojo seco constituye un motivo frecuente de consulta en Oftalmología y ha registrado un considerable aumento de su incidencia, que se prevé continuará en los próximos años.
Para hacer frente a este problema de salud indicaron que el papel de la nutrición es clave, ya que un aporte adecuado de nutrientes podría ayudar a mejorar y prevenir esta enfermedad, tanto por las propiedades intrínsecas de determinados nutrientes como por el efecto que pueden tener sobre la microbiota intestinal.
El presidente de la Sociedad Española de Oftalmología (SEO), José Manuel Benítez del Castillo, colaboró con BCC Innovation en la elaboración de este trabajo clínico, de investigación y divulgación, de la mano con la doctora María Arrizabalaga, la doctora Usune Etxeberria y el chef investigador Nahuel E. Pazos.
Benítez del Castillo admitió que “con este libro, que cuenta con el apoyo de OmniVision Farma, se pretende favorecer el intercambio de conocimientos que, desde sus respectivas áreas de competencia, desarrollan los oftalmólogos y los expertos en gastronomía, cocina y alimentación, con el objetivo común de aunar experiencias y, con ello, difundir la evidencia científica disponible a través de documentos de utilidad para médicos, chefs, pacientes y población general, hay poca base científica en muchas de las dietas popularizadas actualmente”.
Partiendo de esta realidad, el doctor Javier Mendicute, del Servicio de Oftalmología del Hospital Universitario de Donostia, afirmó que “no cabe duda de que estamos abocados a entendernos”. Compartió mesa y tertulia en este evento con el chef Pedro Subijana, quien admitió que “cada vez los cocineros estamos más preocupados por el valor nutricional de lo que cocinamos” y, sin embargo, “sigue subsistiendo un déficit de formación sobre nutrición entre los profesionales de la medicina”. Parte de esta deuda se pretende cubrir con esta iniciativa que, como puntualizó el doctor Mendicute, “pone el foco no sólo en qué nutrientes pueden ser los más sanos, sino también en cómo cocinarlos”.
NUTRIENTES
La enfermedad de ojo seco, según explicó el presidente de la Sociedad Española de Oftalmología, “se enmarca en el actual estilo de vida, caracterizado por el trabajo continuado ante pantallas, el efecto de la calefacción y el aire acondicionado, la polución o la influencia de ciertas medicaciones; pero, además, se ha identificado su relación con la nutrición, considerándose actualmente ésta como una variable muy a tener en cuenta, tanto en el plano preventivo como en el terapéutico”.
En los últimos años, según esta sociedad, hubo un interés creciente en el papel de los nutrientes en la prevención y el tratamiento de la enfermedad de ojo seco, y numerosos estudios in vitro e in vivo han demostrado el efecto beneficioso de ciertos componentes de la dieta sobre la salud del sistema ocular superficial. Como se resalta en esta obra, los cambios producidos en la alimentación en este siglo XXI han determinado un claro aumento de la prevalencia de la enfermedad de ojo seco.
Distintos estudios revelan que una dieta rica en omega 6 aumenta hasta 2,5 veces el riesgo de sufrir una enfermedad de ojo seco. En cambio, los ácidos grasos omega-3 poseen propiedades antiinflamatorias, anticoagulantes y antihipertensivas.
Además, regulan el metabolismo de los lípidos, la glucosa y las funciones del sistema nervioso central. En humanos, los ácidos grasos poliinsaturados han demostrado un efecto protector contra enfermedades crónicas como son las enfermedades cardíacas, el cáncer y los trastornos neurodegenerativos. Las vitaminas A, D y C; y determinadas sustancias como la cúrcuma, también tienen un efecto positivo en la salud ocular.
MICROBIOTA INSTESTINAL
Según estos oftalmólogos, existen otras evidencias destacables sobre la influencia de la dieta o la alimentación en el ojo seco. Así, se ha demostrado una mayor incidencia de esta entidad en las pacientes con anorexia o en carencias de vitamina A, por malabsorción o en casos de cirugía bariátrica. También hay una mayor prevalencia de ojo seco en personas obesas respecto a las más delgadas, o en los casos de intolerancias alimentarias (gluten, lactosa, fructosa), que condicionan estados de inflamación intestinal y, por tanto, alteraciones autoinmunes con afectación ocular, como ojo seco, uveítis o escleritis.
Otra línea de trabajo es el estudio de la influencia de la alimentación en el estado de la microbiota intestinal, evidenciando cómo los cambios o desequilibrios en ésta (disbiosis intestinal) se asocian con alteraciones autoinmunes y otras patologías de base inflamatoria. Tal es el caso de pacientes con ojo seco o síndrome de Sjögren, que poseen una flora intestinal sustancialmente diferente a la que tienen las personas que no sufren estas enfermedades.
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