MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
Más de un tercio de toda la población de grandes simios en África (casi 180.000 gorilas, bonobos y chimpancés) se enfrentan a riesgos relacionados con la minería por la creciente demanda de minerales críticos como el cobre, el litio, el níquel, el cobalto y otros elementos de tierras raras.
Así lo afirma un equipo de investigadores del Centro Alemán para la Investigación Integrativa de la Biodiversidad y la Universidad Martín Lutero (Alemania) y la ONG Re:wild (Estados Unidos), en un estudio publicado en la revista ‘Science Advances’.
La creciente demanda de minerales críticos para la transición a gran escala hacia energías más limpias provoca un aumento de la minería en África, donde una gran parte de esos recursos minerales se está todavía sin explotar.
Ello impulsa la deforestación de los bosques tropicales, que albergan muchas especies, incluidos los parientes vivos más cercanos de los humanos: los grandes simios.
El estudio indica que la amenaza que supone la minería para los grandes simios en África ha sido muy subestimada y que más de un tercio de toda la población está en riesgo.
Debido a que las empresas mineras no están obligadas a hacer públicos los datos sobre la biodiversidad, el verdadero impacto de la minería en la biodiversidad y en los grandes simios, en particular, puede ser aún mayor, según el estudio.
DIECISIETE PAÍSES
Los investigadores utilizaron datos sobre sitios mineros operativos y preoperativos en 17 naciones africanas y definieron zonas de amortiguamiento de 10 kilómetros para tener en cuenta los impactos directos, como la destrucción del hábitat y la contaminación lumínica y acústica.
También definieron zonas de amortiguamiento de 50 kilómetros para los impactos indirectos relacionados con el aumento de la actividad humana cerca de los sitios mineros, ya que se construyen nuevas carreteras e infraestructura para acceder a áreas que alguna vez fueron remotas y muchas personas migran a ellas en busca de empleo.
Esto, a su vez, aumenta la presión sobre los grandes simios y su hábitat a través del aumento de la caza, la pérdida de hábitat y un mayor riesgo de transmisión de enfermedades.
Al integrar datos sobre la distribución de la densidad de los grandes simios, los investigadores analizaron cuántos simios africanos podrían verse potencialmente afectados negativamente por la minería y mapearon áreas donde la minería frecuente y las altas densidades de simios se superponían.
ÁFRICA OCCIDENTAL
Las superposiciones de zonas mineras y de alta densidad de simios (incluidas las zonas de amortiguamiento de 10 y 50 kilómetros) fueron las más grandes en países de África occidental como Liberia, Sierra Leona, Mali y Guinea.
La superposición más significativa entre la minería y la densidad de chimpancés, tanto en términos de proporción de la población como de números generales, se encontró en Guinea. Aquí, más de 23.000 chimpancés, o hasta el 83% de la población de simios de Guinea, podrían verse afectados directa o indirectamente por las actividades mineras. En general, las zonas más sensibles (aquellas con densidades relativamente altas de simios y minería) no están protegidas.
“Actualmente, los estudios sobre otras especies sugieren que la minería daña a los simios a través de la contaminación, la pérdida de hábitat, el aumento de la presión de la caza y las enfermedades, pero esta es una imagen incompleta”, según Jessica Junker, investigadora de Re:wild.
Los investigadores también exploraron cómo las áreas mineras se cruzan con lo que se considera hábitat crítico, esto es, regiones cruciales para su biodiversidad única sin relación con los simios. Encontraron una notable superposición de un 20% entre los dos.
La designación de hábitat crítico implica regulaciones ambientales estrictas, especialmente para proyectos mineros que buscan financiación de entidades como la Corporación Financiera Internacional (IFC, por sus siglas en inglés) -una rama del Banco Mundial que presta fondos al sector privado- u otros prestamistas que se adhieren a estándares similares y apuntan a operar dentro de estas zonas.
DEJAR “REGIONES INTACTAS”
Aunque los impactos indirectos y de largo plazo de la minería son difíciles de cuantificar, a menudo se extienden mucho más allá de los límites del proyecto minero real. Actualmente, las empresas mineras rara vez consideran y mitigan estos riesgos. La compensación se basa entonces en una aproximación de los impactos, que, según los investigadores, a menudo es inexacta y subestimada.
“Las empresas mineras deben centrarse en evitar en la medida de lo posible sus impactos sobre los grandes simios y utilizar la compensación como último recurso, ya que actualmente no hay ningún ejemplo de compensación para grandes simios que haya tenido éxito”, indica Genevieve Campbell, investigadora senior en Re:wild.
Junker recalca que “alejarse de los combustibles fósiles es bueno para el clima, pero debe hacerse de manera que no ponga en peligro la biodiversidad”. “En su versión actual, puede que incluso vaya en contra de los objetivos medioambientales que perseguimos”, indica.
“Las empresas, los prestamistas y las naciones deben reconocer que a veces puede ser más valioso dejar algunas regiones intactas para mitigar el cambio climático y ayudar a prevenir futuras epidemias”, concluye.
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