MADRID, 24 (SERVIMEDIA)
La capa de hielo marino del océano Ártico ha llegado al final de la temporada de fusión veraniega al alcanzar probablemente su extensión mínima anual el pasado 18 de septiembre con 4,67 millones de kilómetros cuadrados, lo que supone el décimo mínimo más bajo desde que en 1979 comenzara el registro histórico por satélite.
Así se desprende de un análisis preliminar del Centro Nacional de Datos sobre Hielo y Nieve (NSIDC, en sus siglas en inglés), que pertenece al Instituto Cooperativo para la Investigación en Ciencias Ambientales (Cires) de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) y está apoyado por la NASA.
El mínimo de este año empata con el décimo más bajo en el registro satelital de casi 44 años, junto con 2017 y 2018. Los últimos 16 años tuvieron las 16 extensiones mínimas de hielo marino más bajas en la serie histórica.
El hielo marino del Ártico, que es la capa de agua congelada que cubre gran parte del océano Ártico y los mares vecinos, se conoce a menudo como el acondicionador de aire del planeta porque su superficie blanca devuelve la energía solar al espacio y enfría así el globo.
Ese casquete de hielo marino cambia con las estaciones, puesto que crece en otoño y en invierno, y disminuye en primavera y en verano. Su extensión mínima veraniega, que ocurre típicamente en septiembre, ha estado disminuyendo a un ritmo rápido desde finales de los años 70 del siglo pasado debido al aumento de las temperaturas.
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