
MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
La interpretación de las óperas españolas ‘La vida breve’, de Manuel de Falla, y ‘Tejas Verdes’, de Jesús Torres, que ha tenido su estreno mundial este jueves en el Teatro Real, ha convencido al público que ha aplaudido el buen hacer de las protagonistas que se enfrentan al sufrimiento por amor en tiempos de dictadura y a la privación de libertad, a las que en repetidas ocasiones –en sentido figurado– se les hace referencia como si fuesen pájaros.
Ambas obras se han unido en una producción este jueves en su estreno en el Teatro Real, donde permanecerán hasta el 22 de febrero, y el público ha recompensado la asociación operística con una ovación de ocho minutos.
Entre las autoridades han asistido al estreno la secretaria de Estado de Turismo, Rosario Sánchez; el secretario de Estado de Asuntos Exteriores y Globales, Diego Martínez; la directora general de Función Pública, Isabel Borrel; el presidente de Europa Press, Asís Martín de Cabiedes; la directora de la ópera de Montpelier, Valerie Chevalier-de la Cour, entre otros.
Tal y como adelantaba en rueda de prensa el director de escena, Rafael Villalobos, estas dos obras han conformado un “hipertexto y un díptico” en el que se relacionan las óperas, pero respetando el espíritu de cada una, si bien los intérpretes se mezclan en las dos historias.
Las obras abordan desde diferentes perspectivas la privación de la libertad, ya que en ‘La vida breve’ se hace desde un sentido filosófico y en ‘Tejas verdes’ desde un sentido más literal. Algo similar ocurre con la violencia que sufren las protagonistas, puesto que en la obra de Manuel de Falla la violencia tiene que ver con la falta de lealtad en una relación sentimental y en la de Jesús Torres se ve una violencia más física. Colorina, la protagonista interpretada por Natalia Labourdette, tiene marcas y heridas en sus tobillos, pantorrillas y cara.
Así, se retrata a Salud (La vida breve) y Colorina (Tejas verdes), dos mujeres enjauladas en dos tiempos, dos mundos y con distintos lenguajes musicales y expresivos, unidas a través de la dramaturgia concebida por el director de escena Rafael R. Villalobos. El montaje se presenta en un espacio único donde los personajes transitan de una obra a otra, lo que refuerza la conexión entre ambas óperas.
La representación ha comenzado con ‘La vida breve’, obra que ha regresado este jueves al Teatro Real 28 años después de ser la ópera elegida para reinaugurar el Coliseo madrileño en 1997. La trama sigue a una familia humilde gitana de Granada. La joven protagonista llamada Salud, interpretada por Adriana González, se enamora de Paco (Eduardo Aladrén), un hombre de clase alta que le promete amor eterno, pese a que está comprometido con una “zagala” de su misma clase social.
La escenografía se apoya en dos piezas de la artista plástica y Premio Nacional de Pintura Soledad Sevilla, que ha estado presente en el estreno y ha salido al escenario al finalizar la representación. La primera de las piezas es ‘Insomnio’ que hace las veces de marco al universo de ambas historia. La segunda es ‘Leche y Sangre’. Ambas figuras aparecen en ambas representaciones.
El acto segundo de ‘La vida breve’ arranca con la boda entre Paco y su futura esposa, Carmela. Un enlace amenizado por la cantaora María Marín, que acompañada de su guitarra se arranca a cantar por soleares en directo en el Teatro Real. Una frase resuena durante la función: “Unos nacen yunque y otros martillo”, se canta desde la fragua.
La violencia alcanza su punto álgido con la coreografía de cinco bailarines de Estévez/Paños y Compañía, quienes taconean simulando puñaladas y patadas, que acaban en varios brazos haciendo el saludo romano.
Posteriormente, ha sido el estreno mundial de ‘Tejas verdes’, de Jesús Torres, que parte del libro homónimo de Fermín Cabal. El nombre de la obra designa un campo de prisioneros creado en 1973 en Chile, tras el golpe de estado del general Pinochet, destinado a la detención, tortura y desaparición de presos políticos.
‘Tejas verdes’ incorpora fragmentos del poemario ‘Cancionero y romancero de ausencias’ de Miguel Hernández, que lo escribió durante su tiempo entre rejas. Por ejemplo, se canta “¿Quién encierra una sonrisa? ¿Quién amuralla una voz? A lo lejos tú, más sola que la muerte, la una y yo. A lo lejos tú, sintiendo en tus brazos mi prisión, en tus brazos donde late la libertad de los dos. Libre soy. Siénteme libre. Sólo por amor”.
La ópera de Jesús Torres narra el calvario de mujeres detenidas y torturadas en el campo homónimo. En especial, el que vive la ‘desaparecida’ Colorina, joven con nombre de pájaro a la que recluyeron y torturaron en Tejas Verdes únicamente por la relación amorosa que mantenía con un revolucionario.
‘Tejas verdes’ ha sido escrita para seis solistas femeninas -tres sopranos y tres mezzosopranos- y dos coros -de mujeres y de hombres-.
- Te recomendamos -