MADRID, 10 (EUROPA PRESS)
El destacado activista Alaa Abdelfatá “goza de buena salud” después de que las autoridades sanitarias egipcias le practicaran una “intervención médica” tras estar más de 200 días en huelga de hambre contra su encarcelamiento.
“El fiscal de Egipto acaba de emitir una declaración: Alaa goza de buena salud. Sus signos vitales sugieren que no hay huelga de hambre.Él está cómodo donde está. ¡Y mamá lo visitó hace dos días el 7 de noviembre!”, ha indicado su hermana, Mona Seif, también activista, en su perfil de Twitter.
Poco antes, el ministro de Estado británico, Tariq Ahmad, ha asegurado que se ha reunido con el embajador egipcio en Reino Unido para reiterar el llamamiento del Gobierno, dirigido por el primer ministro, Rishi Sunak, a que el caso se resuelva “rápidamente”.
“Esperamos que se nos otorgue el acceso consular y que Alaa reciba la atención médica adecuada”, ha indicado en su perfil oficial de Twitter, después de que el abogado del activista denunciase que se le había negado el acceso a la prisión en la que está recluido.
El activista, de 40 años, ha estado ingiriendo únicamente cien calorías desde hace más de 200 días para reclamar a las autoridades egipcias que le permitan acceso consular a Reino Unido. Sunak ha prometido “abordar a los más altos niveles” la liberación de Abdelfatá y ha denunciado su “tratamiento inaceptable” en una misiva enviada a su hermana, Sanaa Seif.
Hace dos días el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Volker Turk, reclamó a Egipto la liberación “inmediata” de Abdelfatá, quien el domingo dejó de beber agua en el marco de la huelga de hambre iniciada en abril.
Abdelfatá, un importante bloguero egipcio y una de las principales figuras del levantamiento popular contra Hosni Mubarak en 2011 en el marco de la ‘Primavera Árabe’, lleva nueve años en prisión y en 2021 fue sentenciado a otra pena de cinco años de cárcel por “difusión de noticias falsas”, unos cargos que diversas ONG han tildado de falsos.
El actual mandatario egipcio, Abdelfatá al Sisi, llegó al poder mediante un golpe de Estado en julio de 2013 que lideró después de una serie de manifestaciones masivas contra el entonces presidente, el islamista Mohamed Mursi, primer mandatario elegido democráticamente en el país y fallecido en 2019 durante una vista judicial contra él tras su detención después de la asonada.
El dirigente ha impulsado una amplia campaña de represión y persecución contra opositores, tanto de grupos liberales como de organizaciones islamistas –llegando a declarar a Hermanos Musulmanes como una organización terrorista–, una iniciativa que los grupos de Derechos Humanos han denunciado como la más grave de los últimos tiempos.
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