MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
Un 90% de las trabajadoras de hogar y cuidados sufre dolores musculares y el 74% se ven obligadas a consumir “habitualmente” analgésicos para poder afrontar su jornada laboral.
Así lo desvela el informe ‘Trabajo invisible y cuerpos rotos’, un análisis sobre las condiciones sociolaborales de las trabajadoras de hogar y cuidados en España publicado este viernes por Oxfam Intermón coincidiendo con la conmemoración, el domingo, del Día Internacional de las Trabajadoras del Hogar, según precisó la organización en un comunicado en el que explicó que el salario de estas empleadas apenas alcanza 1.000 euros mensuales.
El informe destaca que España es el país de la Unión Europea con el mayor número de empleadas de hogar y cuidados, concentrando el 34,5% del total y que, en 2024, un total de 565.718 personas trabajaban en este sector, de las cuales el 87,21% son mujeres y un 69% tienen nacionalidad extranjera o doble nacionalidad.
“Ante un sistema público de atención a la dependencia que presenta importantes deficiencias en cuanto a su cobertura y elevadas listas de espera, las trabajadoras de hogar y cuidados se han convertido en una pieza clave para resolver las necesidades de cuidados”, advirtió la organización, consciente de que, pese a que su contribución “es central para el bienestar de toda la sociedad”, estas trabajadoras “sufren informalidad, bajos salarios, falta de derechos laborales y situaciones de discriminación”.
Según dicho informe, el salario medio de las trabajadoras de hogar y cuidados apenas alcanza 1.000 euros al mes y solo cuatro de cada diez reciben la indemnización por despido que les corresponde, las enfermedades profesionales no están reconocidas, no son posibles las inspecciones laborales en el lugar de trabajo y no siempre se cumplen las horas de jornada y los descansos pactados.
JORNADAS INFINITAS
“Muchas de esas mujeres se ven obligadas a trabajar en régimen de “interna” haciendo jornadas infinitas y sin tener apenas horas de descanso o días libres, se encuentran solas y sin red familiar que las apoye”, precisó a este respecto la autora del informe e investigadora y experta en empleo de hogar y cuidados de Oxfam Intermón, Nerea Boneta, quien criticó que “no son reconocidas ni atendidas por la administración pública” y que “se les niegan derechos tan básicos como el derecho a paro con carácter retroactivo”.
El informe también revela que un 32% de estas trabajadoras no están dadas de alta en la Seguridad Social, lo que limita su acceso a derechos laborales como la cotización por desempleo y las prestaciones correspondientes.
Además, tres de cada diez trabajadoras no logran ingresos suficientes con su trabajo para salir de la pobreza y un 37,7% declara tener “problemas severos” para llegar a fin de mes. El 23,9% de los contratos en el sector son temporales y un 58,84% de las trabajadoras tienen jornadas parciales, factores que, según la entidad, “contribuyen a la inestabilidad y la pobreza laboral”.
“Es inaceptable que ser mujer empleada de hogar y cuidados te condene a la pobreza, con bajos salarios y menos derechos laborales reconocidos que para el resto de personas trabajadoras”, señaló Boneta.
DOLORES Y ANSIEDAD
Según la encuesta realizada por Oxfam Intermón, el 90,6% de las trabajadoras del sector han sufrido dolores musculoesqueléticos en el último año, el 65,5% han experimentado estrés y el 59,2%, ansiedad.
En un 74% de los casos necesitan consumir habitualmente analgésicos para enfrentar sus jornadas laborales y, además, casi un 50% declara haber sufrido “faltas de respeto, insultos y trato discriminatorio”, un 29,7% impagos de salario y un 17% proposiciones de carácter sexual.
“Un problema agravado por la falta de regulación y el carácter privado del espacio donde se desarrolla su labor”, según Oxfam Intermón, que subraya la “urgencia” de establecer un sistema público y universal de cuidados “que garantice plenos derechos a las trabajadoras del sector”.
Entre las medidas planteadas, en colaboración con organizaciones de trabajadoras del hogar y cuidados, la organización destaca la equiparación en la indemnización por despido, control “estricto” de los límites de la jornada laboral, el reconocimiento de las horas extraordinarias y el derecho a desempleo con carácter retroactivo.
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