COPENHAGUE, 20 (de la enviada especial de Europa Press, Candela Jiménez)
La esclerosis múltiple (EM) es una enfermedad neurológica que, en general, se detecta entre los 20 y los 40 años, pero los avances diagnósticos y la mejora de los tratamientos así como el aumento de la esperanza de vida están haciendo que cada vez haya más pacientes que tienen la enfermedad más allá de los 50 años, una época más difícil para la enfermedad ya que, según afirman el 85 por ciento de los pacientes, se sienten más fatigados a esta edad y el 50 por ciento cree que necesita más cuidados.
Así lo señala un nuevo estudio sobre la experiencia de los adultos mayores de 50 años con la enfermedad, presentado este viernes en colaboración con Merck durante el Congreso del Comité Europeo para el Tratamiento y la Investigación de la Esclerosis Múltiple (ECTRIMS, por sus siglas en inglés), que se ha celebrado esta semana en Copenhague (Dinamarca).
Para los expertos es importante conocer el impacto que tiene la enfermedad en los pacientes mayores de 50 años ya que estos cada vez son más y, de hecho, se prevé que para 2031 el 65 por ciento de los pacientes de Esclerosis Múltiple de la Unión Europea tendrán más de 50 años, según ha explicado el director médico de la Unidad Médica de Neurología e Inmunología de Merck, Alexander Kulla, durante la presentación de los nuevos datos.
En este sentido, Kulla ha incidido en la importancia de tener en cuenta que estos pacientes debido a su edad tienen otras comorbilidades o tratamientos asociados que pueden interferir con la propia EM o con el tratamiento de esta. Según los datos presentados, el 48 por ciento de los pacientes mayores de 50 años recibe tratamientos de alta eficacia modificadores de la enfermedad, siendo las mujeres (52%) las que más se preocupan por el modo de administración (26%).
“Es muy difícil y confuso tomar la decisión de tratarte. Eres mucho más consciente de la enfermedad cuando tienes más de 50 años y quieres parar su progresión. Cuando me diagnosticaron mi cabeza estaba muy aturdida, no sabía que escoger, pero el especialista me guió y gracias a ello elegí el tratamiento más adecuado para mi”, ha explicado Jane Shanahan, paciente diagnosticada de EM a los 50 años, tras llevar dos años con síntomas de la enfermedad.
En este aspecto, los datos revelan que el 85 por ciento de los pacientes están preocupados por el mayor riesgo de contraer una infección mientras toman su tratamiento.
Asimismo, aspectos como la fatiga, la fuerza, el deporte y la movilidad, se ven impactados negativamente entre la mayoría de los adultos con EM. A partir de los 50 años, el 85 por ciento ha experimentado un aumento de fatiga y el 75 por ciento por ciento un empeoramiento de la movilidad o fuerza. Además, el 75 por ciento informa de un empeoramiento de sus funciones cognitivas y el 70 por ciento considera que sus habilidades para trabajar se han visto impactadas.
Debido a este agravamiento de los síntomas, el 49 por ciento afirma que necesita más ayuda a partir de los 50 años, aunque solo un 30 por ciento recibe cuidados. De los pacientes que reciben cuidados, el 77 por ciento son por parte de su pareja y solo el ocho por ciento por parte de un profesional.
Por último, uno de los problemas a los que se enfrentan tanto los pacientes como los especialistas es la falta de comunicación ya que solo el 33 por ciento habla con su médico sobre el impacto de la edad en la EM y, de hecho, el 75 por ciento de estas conversaciones fueron empezadas por el paciente.
“Si no preguntas, no tendrás respuestas. Es muy importante hablar con los médicos así como educar a los profesionales de la salud en este aspecto”, ha declarado el profesor de la Escuela de Medicina de Londres, Gavin Giovannoni.
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