MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
El 78,1% de las mujeres de origen latino ocupadas en España están encuadradas en el sector de actividades elementales y en el de hostelería, restauración y servicios personales, que son los de menor salario y con más contratos a tiempo parcial. Mientras que el 43% de las empleadas del hogar son extranjeras, con una clara predominancia de mujeres latinoamericanas.
Son cifras que recoge el informe ‘Mujeres migrantes en ocupaciones precarias’, elaborado por UGT con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, un análisis que evidencia la “dura realidad” de estas trabajadoras que representan una parte “fundamental” del crecimiento del empleo en España, pero que continúan ocupando los puestos de trabajo en condiciones de mayor vulnerabilidad.
Entre el cuarto trimestre de 2019 y el cuarto trimestre de 2024, la ocupación en España aumentó en 1.891.000 personas, de las cuales 992.900 fueron mujeres. El 64% de estas nuevas ocupadas son mujeres de nacionalidad extranjera o de doble nacionalidad, lo que demuestra su peso en el mercado laboral, pero también la brecha de desigualdad en las condiciones de empleo.
Y es que, según UGT, mientras las mujeres españolas y de la UE avanzan hacia empleos mejor remunerados, las mujeres migrantes siguen atrapadas en sectores de bajos ingresos y peores condiciones laborales.
Además, las mujeres representan más de la mitad del saldo migratorio y su destino geográfico está vinculado a la demanda de empleo en sectores como el servicio doméstico y los cuidados. Así, las comunidades autónomas con mayor población envejecida (Asturias, Cantabria, Galicia, País Vasco) presentan altos porcentajes de mujeres extranjeras afiliadas al Sistema Especial de Empleados de Hogar (SEEH).
Asimismo, el tiempo de residencia en España influye en la calidad del empleo, ya que las mujeres recién llegadas inician su actividad en ocupaciones elementales, en muchos casos en el trabajo doméstico. Y ello, mientras la hostelería se convierte en una “promoción” dentro de la precariedad, sin garantizar condiciones demasiado diferentes que las ocupaciones de las actividades elementales.
Por todo ello, UGT ve “imprescindible” una mayor vigilancia en sectores con alta presencia de trabajadoras migrantes, particularmente en el empleo del hogar y los cuidados, así como facilitar la homologación y convalidación de títulos y el acceso a la formación profesional.
También reclama la equiparación de derechos laborales de las empleadas de hogar con el resto de sectores. Cabe recordar la Sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea que considera discriminatoria la no exigencia del registro horario en la relación laboral especial del servicio del hogar familiar.
Por otra parte, el sindicato recuerda que, según un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de las más de 167 millones de personas trabajadoras migrantes que hay en el mundo, el 38,7% son mujeres. España, por otra parte, y también según datos de la OIT, es el octavo país entre aquellos con mayores ingresos donde existe una brecha salarial más alta entre mujeres migrantes y mujeres autóctonas. Además, España es el cuarto con una brecha salarial no explicada. En ella influyen distintos factores y la discriminación es uno de ellos.
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