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El 23% de la población pediátrica y adolescente sufre sobrepeso y el 8% es obeso

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MADRID, 29 (EUROPA PRESS)

El 23 por ciento de la población pediátrica y adolescente sufre sobrepeso y el 8 por ciento es obeso, según datos del ‘Observatorio de la Obesidad Infantil’, creado por ‘Cátedra Farmacoeconomía de la Obesidad y Riesgo Cardiovascular’ de la Fundación de Investigación HM Hospitales (FiHM) y Novo Nordisk.

A juicio de los expertos, estas cifras ponen de relieve una problemática real que tiene graves consecuencias en la salud de este colectivo. De hecho, España atraviesa un periodo evidente de “aumentos considerables” del sobrepeso y la obesidad en las últimas décadas, que tiene su símil en todo el continente.

Además, España registra una mayor prevalencia de la obesidad y el sobrepeso infantil, junto con otros países del sur de Europa. En este sentido, la muestra analizada entre el 31 de noviembre de 2021 y el 1 de febrero de 2023, se obtuvieron 51.508 registros, correspondientes a 36.774 pacientes únicos, provenientes de los centros asistenciales de HM Hospitales en la Comunidad de Madrid, Galicia, Cataluña, Castilla y León y Castilla La Mancha, en los servicios de Pediatría.

En concreto, el 23 por ciento que sufre sobrepeso con valores superiores en la mujer a partir de los 13 años y de forma ascendente hasta los 17 años. Además, se observaron el 8 por ciento de índice de sobrepeso respectivamente en niños y niñas, pero sin presentar diferencias estadísticamente significativas.

“Resulta llamativo que sean las mujeres a partir de los 13 años y de forma ascendente hasta los 17 años, que es nuestro límite de edad estudiada, la población con más tendencia al sobrepeso por encima de los varones. Además del sedentarismo y ‘la comida basura’, probablemente exista un componente psicológico emocional añadido por la pandemia que se ha cebado más en las adolescentes, aunque esto es solo una suposición que tendremos que comprobar más adelante analizando todas las posibles causas”, ha enfatizado el jefe de Pediatría del Hospital HM Nens de Barcelona y director del Observatorio de la Obesidad Infantil, Álvaro Díaz Conradi.

Otras de las conclusiones que se extraen reside en que el Índice de Masa Corporal (IMC) aumenta a partir de los siete años de edad, independientemente del sexo, lo que marca un punto de inflexión a tener en cuenta sobre el momento exacto en que la población infantil con sobre peso y obesidad dan los primeros síntomas.

“Con estos datos cumplimos varios de los objetivos con los que nació este Observatorio que era conocer la prevalencia de la obesidad en la infancia y adolescencia en los diferentes territorios donde el Grupo tiene presencia y estudiar el impacto de diferentes estrategias preventivas y terapéuticas en adolescentes con sobrepeso y obesidad y sus familias”, ha recalcado el director científico de la FiHM y codirector del Observatorio de la Obesidad Infantil, José María Castellano.

Entre los múltiples factores que están detrás de la obesidad y el sobrepeso la alimentación poco saludable y el sedentarismo son las principales causas, que tiene como posibles consecuencias enfermedades cardiovasculares, diabetes, mayor riesgo de cáncer, baja autoestima, depresión, ansiedad, estigmatización, discriminación social y dificultades para relacionarse; y todas ellas suponen una menor calidad de vida.

“En este sentido, los obstáculos que dificultan que la población padezca obesidad y sobrepeso residen en que no siempre se tiene acceso a una alimentación adecuada, a veces no tienen tiempo o no cuentan con espacios adecuados para jugar o hacer deporte y, en ocasiones, no se dan las condiciones ideales para su bienestar emocional o para dormir lo necesario”, indica el informe.

Para abordar la obesidad infantil se debe tener en cuenta su complejidad, no solo por sus múltiples consecuencias, también porque tiene muchas causas. Por ello, para garantizar el derecho a la salud de niños, niñas y adolescentes, se tiene que actuar de forma integral asegurando que tienen acceso a estilos de vida saludable en sus entornos más cercanos, donde viven y pasan su tiempo: en la familia, en las escuelas, en los centros de salud, en internet, en las canchas y en los patios, en sus pueblos y ciudades.

Conseguir que la infancia y la adolescencia crezca de forma sana supone facilitar que estos entornos promuevan estilos de vida saludable: una vida activa, una alimentación sana, bienestar emocional y buenos hábitos de descanso. “En resumen, para un crecimiento adecuado deben primar estilos de vida saludables basado en una vida activa, alimentación sana, bienestar emocional y buenos hábitos de descanso”, concluye el informe.


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