MADRID, 27 (SERVIMEDIA)
El 10% de las personas mayores de 50 años con VIH participantes en el estudio ‘No One Alone’, llevado a cabo por expertos vinculados al Grupo de Estudio del SIDA (GeSIDA) de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (Seimc) sienten soledad, el 5,8% sufren aislamiento social y el 6,5% ambas cosas.
Así lo desprende el estudio del GeSIDA que aborda el problema de la soledad y el asilamiento social en los mayores de 50 con VIH y que también devela que el 29,1% y el 21% de los participantes manifestaron síntomas significativos de ansiedad y depresión, respectivamente, el 24,3% también expresó tener problemas de movilidad y el 40,8%, dolor.
El estudio, realizado entre profesionales de GeSIDA de 22 centros hospitalarios de toda España y que se publicó en la revista de la ‘British HIV Association’ (HIV Medicine), concluye que es necesario desarrollar estrategias para la detección y el manejo de la soledad y el aislamiento social en este colectivo de personas.
Para la realización de la investigación fueron seleccionadas 399 personas que viven con VIH con 50 o más años, de las que el 77,4% eran hombres y con una edad media de 59,9 años. El 86% habían nacido en España, el 86,7% vivían en zonas urbanas, el 56,4% contaban con estudios secundarios o superiores y el 4,5% vivían solas contra su voluntad.
El 66,9% habían contraído el VIH por transmisión sexual, con una mediana de 22,9 años desde el diagnóstico. Casi todas las personas (90,7%9 tenía el VIH controlado (carga viral inferior a 50 copias/ml) y el 93,5% tenía una adherencia al tratamiento antirretroviral superior al 95%.
Se identificó que tener entre 50 y 59 años, estar desempleado o jubilado, vivir solo sin desearlo, estar soltero, tener una mala calidad de vida, la presencia de ansiedad significativa y de un mayor grado de estigma relacionado con el VIH se asociaron con la soledad. Por su parte, un nivel educativo más bajo, vivir solo sin desearlo y tener síntomas depresivos significativos se asoció con el aislamiento social.
Las personas que vivían solas sin desearlo, que presentaban síntomas depresivos significativos y que experimentan un mayor grado de estigma relacionado con el VIH presentaron un mayor riesgo tanto de soledad como de aislamiento social.
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