MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Estados Unidos ha tildado este domingo de “farsa” las elecciones legislativas que se han celebrado en Bielorrusia, señalando la existencia de presos políticos y la limitación de observadores internacionales durante los comicios, mientras que ha abogado por el fin de la represión.
El portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller, ha aseverado que “las elecciones se han celebrado en un clima de miedo en el que ningún proceso electoral puede calificarse de democrático”, puesto que hay más de 1.400 presos políticos y “todas las figuras políticas independientes han sido detenidas o exiliadas”, sin permitir el registro de los partidos políticos independientes.
“Los bielorrusos residentes en el extranjeros solo podían votar si regresaban a Minsk, donde probablemente sufrirían represalias. Estos abusos, en la práctica, han congelado las actividades y discursos políticos genuinos dentro de Bielorrusia”, reza un comunicado publicado por la oficina de la diplomacia estadounidense.
En este sentido, Washington ha lamentado que el Gobierno de Alexander Lukashenko haya impedido que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) observara las elecciones, “limitando aún más la transparencia, esencial para unas elecciones libres y justas”.
“Estados Unidos reconoce la fuerza, la resistencia y el coraje de la sociedad civil y del movimiento democrático de Bielorrusia, que exigen tener voz en la determinación del futuro de su país”, ha declarado Miller, que ha hecho un nuevo llamamiento al mandatario para que “ponga fin a su represión, libere a todos los presos políticos y abra el diálogo con sus oponentes”, ya que “el pueblo bielorruso se merece algo mejor”.
Las urnas en Bielorrusia han abierto durante la jornada de este domingo para elegir a los miembros de la Cámara de Representantes –y para renovar diversas instituciones regionales y locales–, en el primer gran test desde los controvertidos comicios presidenciales de agosto de 2020, que marcaron un punto de inflexión en la escalada represiva de la oposición y supusieron la desaparición de cualquier tipo de alternativa al régimen de Lukashenko.
El Parlamento bielorruso tiene poca influencia real, ya que las principales decisiones están en manos del presidente. Lukashenko ha consolidado su poder en estos últimos años, en los que también ha terminado de estrechar lazos con su homólogo ruso, Vladimir Putin, pese a los señalamientos internacionales tras la invasión de Rusia sobre Ucrania.
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