MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
El cultivo de aguacate en la península ibérica afecta negativamente a espacios con gran biodiversidad y agrava el agotamiento de recursos hídricos en la costa tropical de las provincias de Málaga y Granada, según señala la segunda edición del informe ‘El verdadero precio de los alimentos. La cara oculta de la agroindustria en la península ibérica’ que este miércoles presentó Ecologistas en Acción.
El documento indica que estos cultivos afectas a espacios que están protegidos “sobre el papel” como los ríos y humedales. Sostiene que la expansión del cultivo intensivo del aguacate es un “fenómeno generalizado” que se observa cada vez más en otras regiones de la península ibérica, entre ellas el Campo de Gibraltar, en la provincia de Cádiz.
En la primera edición del estudio se estimó que entre el 30% y el 40% de la superficie total de regadío de 12.989,96 hectáreas en 2017 en la comarca de la Axarquía “eran plantaciones ilegales”.
Indicaba que la superficie de regadío siguió creciendo, “incluso en plena sequía”, situación que favoreció la expansión del aguacate, cuya superficie aumentó un 30% en España desde 2018, según los datos recogidos en el informe.
Para la organización ecologista, la producción del aguacate tiene, por tanto, un precio alto. El elevado consumo de agua para el riego del aguacate combinado con olas de calor, mayor evapotranspiración y periodos de sequía recurrentes, conduce a “una gran sobreexplotación” de los recursos hídricos, afectando “drásticamente” a los ecosistemas fluviales y humedales costeros, así como a los acuíferos, salinizados por la entrada de agua de mar. Además, el “agotamiento de los recursos” hídricos está afectando el suministro público de agua a la población local que se confrontó con cortes de agua hasta de 12 horas en verano de 2023, según expone el documento.
Asegura que este modelo agroindustrial fomenta “las desigualdades económicas” en las regiones productoras y no favorece la creación de empleo. Ecologistas en Acción considera que es “imprescindible transformar el actual modelo agroalimentario global por uno más sano, justo, sostenible y local”.
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