MADRID, 08 (SERVIMEDIA)
El Instituto Oftalmológico Fernández-Vega (IOFV) advirtió de los riesgos de sufrir un traumatismo ocular durante la Navidad, ya que las visitas a urgencias oftalmológicas son más frecuentes en estas fechas por la exposición a pirotecnia, corchos y decoración navideña.
Según informó el IOFV, aunque los traumatismos oculares, como golpes, cortes, quemaduras o contacto con agentes químicos, ocurren en cualquier época del año, las Navidades entrañan una serie de riesgos adicionales que hacen más frecuentes las visitas a urgencias oftalmológicas.
De hecho, el oftalmólogo especialista en retina y vítreo del IOFV, el doctor Álvaro Fernández-Vega González, explicó que “los traumatismos oculares pueden revestir diferente gravedad, desde pequeñas erosiones en la superficie del ojo hasta desprendimientos de retina, opacidad corneal o glaucomas por traumatismo”.
Por este motivo, indicó, “la prevención es la mejor manera para cuidar nuestra visión mientras disfrutamos de la Navidad”. De hecho, la pirotecnia, los corchos de las botellas y algunos elementos de decoración son los causantes más comunes de traumatismos oculares durante el periodo navideño.
En el caso de los petardos, los oftalmólogos recomendaron utilizar gafas de seguridad y no frotarse los ojos si un fragmento del artilugio entra en ellos. En lo que respecta a los fuegos artificiales, se deberá mantener una distancia de al menos 150 metros del lugar desde donde se estén lanzando y evitar manipularlos si no somos profesionales.
CORCHOS Y DECORACIÓN
El impacto de un corcho al abrir una botella de champán o vino es otra de las causas más frecuentes de daños oculares en Navidad. Para prevenir accidentes durante el descorche, los expertos aconsejan evitar agitar la botella e intentar apuntar en una dirección donde no haya nadie. Asimismo, es importante enfriar la botella para que el corcho salga disparado con menor fuerza.
Por otro lado, algunos objetos de decoración como las espinas de los árboles de navidad (especialmente las de aquellos de plástico), la purpurina, la nieve artificial o los pequeños fragmentos de bolas de navidad rotas pueden ingresar en el ojo provocando rasguños.
En el caso de que alguno de estos elementos se introduzca de forma accidental en el ojo hay que evitar frotar y ejercer presión, puesto que, de este modo, se evitará rayar la córnea o provocar una infección. Lo más recomendable es parpadear para intentar que las lágrimas lo expulsen naturalmente. Si esto no sucede, se puede intentar lavar el ojo con agua o suero fisiológico.
En caso de sufrir un accidente y detectar signos de traumatismo ocular (como lagrimeo, dolor, rojez, disminución de visión o presencia de sangre, entre otros), desde el Instituto Oftalmológico Fernández-Vega recomendaron acudir a un especialista para valorar la gravedad del problema y pautar, en caso necesario, un tratamiento adecuado.
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