MADRID, 25 (SERVIMEDIA)
La Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (Aesan) gestionó entre enero y febrero un total de 67 alertas, de las cuales publicó el 16% en su página web para avisar a los consumidores, esto es seis en la sección de alérgenos, intolerancias u otros efectos adversos, dos en la sección de interés para toda la población, y una alerta por la presencia de tadalafilo en complementos alimenticios.
Así lo precisaron este martes fuentes de dicha agencia, adscrita al Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, en un desayuno informativo con periodistas especializados en esta área, en el que puntualizaron que, en total, en enero registró 79 notificaciones y en febrero, 64, incluyendo alertas, informaciones, rechazos en frontera y novedades, con un total de 143 en los dos primeros meses del año.
Así, en enero fueron 33 alertas, 28 informaciones, 17 rechazos en frontera y una novedad, con 79 informaciones en total, mientras en febrero se contabilizaron 34 alertas, una más que entonces; 21 informaciones, siete menos; ocho rechazos, nueve menos; y una novedad, la misma cifra que en enero, lo que sumó 64 informaciones, de las cuales, entre ambos meses, solo se notificó el 6% a la población.
En cuanto a las alertas, el pasado ejercicio finalizó con 397 y, por lo que respecta a notificaciones totales, en el conjunto del año hubo 856.
En este contexto, la Aesan ha elaborado un documento de orientación para la comunicación de alertas alimentarias a la población, que incluye principios generales de actuación como la protección de la salud de la población, cautela, eficacia, proporcionalidad o trasparencia.
En cuanto a las publicaciones en medios de comunicación, resaltaron que en febrero hubo 370 publicaciones en medios digitales relacionadas con alertas, de las cuales solo 125 estaban relacionadas con alertas de la Aesan. De este modo, hubo un promedio de 14 publicaciones diarias relacionadas con alertas el pasado mes.
ADVERTIR A LA POBLACIÓN
“Con ellas queremos advertir a la población para que esté atenta”, sentenciaron, al tiempo que censuraron que, si los medios están “todos los días” dando informaciones otorgándole la entidad de alertas, “no van a reaccionar y va a ser perjudicial”, razón por la cual urgieron a “reflexionar”, conscientes de que “hay muchos intereses creados” y también “momentos del año en los que los productos en frontera generan muchas alertas que no son reales”.
En este contexto, las mismas fuentes indicaron que, ante la existencia de un producto que pueda implicar un riesgo para la seguridad alimentaria de la población, su máxima es “identificar, localizar e inmovilizarlo”, siempre adecuando la “prioridad” en la actuación en función de la gravedad.
A este respecto, su estrategia es “trabajar rápido” y “con rigor” para “parar el golpe e inmovilizar los productos para que no lleguen al mercado”.
Tras destacar que la agencia actúa como “coordinadora general del sistema”, explicaron que trabaja “mano a mano” con el sector, así como con el Ministerio de Sanidad, el de Agricultura o el de Defensa y con la Comisión Europea, en caso de que la alerta implique a varios países, y valoraron que, “cada vez más”, las propias empresas admiten algún incumplimiento y lo notifican, en un marco de “mucha colaboración”.
LO QUE MÁS PREOCUPA
Dichas fuentes manifestaron que las alertas son “lo que más preocupa” en el seno del sistema y señalaron que, ante la existencia de una alerta por un “riesgo grave” en relación con la presencia de un determinado producto en el mercado nacional o que ha sido elaborado en España, “lo demás pasa a un segundo plano” y esta se comparte a nivel nacional a través del Sistema Coordinado de Intercambio de Información (Sciri).
En un segundo nivel, abundaron, se encuentran las informaciones para atención y para seguimiento que “no requieren atención tan inmediata” por su menor gravedad o porque se refieren a un producto “que no está en el mercado”, si bien los técnicos tienen que “estar pendientes, porque a lo mejor mañana sí lo está”.
En cualquier caso, los riesgos asociados son menos graves, por lo que la actuación “siempre es la misma, pero la prioridad es diferente”, en función de si se trata de una alerta o no.
En cuanto a los rechazos en frontera, matizaron que “se activa la red de alerta” para que el producto implicado “no entre por ninguna frontera”, dado que se “impermeabiliza” el espacio económico europeo y, en el caso de las novedades, “en principio no exigen actuar, pero se comunican”.
EUROPA
Por lo que se refiere al entorno continental, aseveraron que, a pesar de que, con sus controles, el europeo es el “sistema más seguro del mundo”, en ocasiones “pasan cosas y la red de alerta hay que tomarla como mecanismo de protección adicional; no como problema sino como solución”.
Por lo que respecta a la coordinación en el ámbito europeo, las alertas se registran en el Sistema de Alerta Rápida para los Productos Alimenticios y los Alimentos para animales (Rasff) y las mismas fuentes subrayaron que, una vez recibida la información en la agencia a nivel nacional, los técnicos valoran “si está toda la información necesaria, la distribución, a quién hay que notificar, se valora la información y se pregunta a las autoridades de la comunidad autónoma para saber la distribución”.
A partir de ahí, se “valida” la información y se “transmite” a la Comisión Europea si el producto ha salido de España y la Comisión Europea sigue el mismo protocolo que en el caso de España a nivel interno.
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