MADRID, 18 (SERVIMEDIA)
Las personas de mediana edad que duermen menos de cinco horas al día pueden tener un mayor riesgo de desarrollar al menos dos enfermedades crónicas.
Así se explica en un estudio dirigido por investigadores de la University College de Londres (Reino Unido) y publicado este martes en la revista ‘PLOS Medicine’. El trabajo analiza el impacto de la duración del sueño en la salud de más de 7.000 hombres y mujeres de 50, 60 y 70 años de edad.
Los investigadores examinaron la relación entre el tiempo que durmió cada persona participante, la mortalidad y si habían sido diagnosticadas con dos o más enfermedades crónicas (multimorbilidad) -como enfermedades cardíacas, cáncer o diabetes- en el transcurso de 25 años.
Las personas que informaron haber dormido cinco horas o menos a los 50 años tenían un 20% más de probabilidades de que les diagnosticaran una enfermedad crónica y un 40% más de tener dos o más enfermedades crónicas durante 25 años, en comparación quienes dormían durante hasta siete horas.
Además, dormir cinco horas o menos a la edad de 50, 60 y 70 años se vinculó con un aumento de entre un 30% y un 40 % en el riesgo de multimorbilidad en comparación con quienes descansaban hasta siete horas.
Los investigadores también encontraron que la duración del sueño de cinco horas o menos a los 50 años se asoció con un aumento de un 25% en el riesgo de mortalidad durante los 25 años de seguimiento, lo que puede explicarse principalmente por el hecho de que la duración breve del descanso aumenta el riesgo de enfermedades crónicas, que, a su vez, incrementan el riesgo de muerte.
“La multimorbilidad está aumentando en los países de altos ingresos y más de la mitad de los adultos mayores ahora tienen al menos dos enfermedades crónicas. Esto está demostrando ser un gran desafío para la salud pública, ya que la multimorbilidad está asociada con un alto uso de los servicios de salud, hospitalizaciones y discapacidad”, indica Severine Sabia, del Instituto de Epidemiología y Salud de la University College de Londres.
Sabia subraya que, “a medida que las personas envejecen, sus hábitos de sueño y su estructura de sueño cambian”. “Sin embargo, se recomienda dormir de siete a ocho horas por noche, ya que las duraciones de sueño por encima o por debajo de este límite se han asociado previamente con enfermedades crónicas individuales”, recalca.
“BUENA HIGIENE DEL SUEÑO”
Esta investigadora señala que para una buena noche de descanso es importante “promover una buena higiene del sueño, como asegurarse de que el dormitorio esté tranquilo, oscuro y con una temperatura agradable antes de dormir”.
“También se recomienda quitar los dispositivos electrónicos y evitar las comidas copiosas antes de acostarse. La actividad física y la exposición a la luz durante el día también podrían promover un buen sueño”, añade.
Como parte del estudio, los investigadores también evaluaron si dormir durante un período prolongado, de nueve horas o más, afectaba los resultados de salud. No hubo una asociación clara entre la duración prolongada del sueño a los 50 años y la multimorbilidad en personas sanas.
Sin embargo, si a un participante ya se le había diagnosticado una afección crónica, la duración prolongada del sueño se asoció con un aumento de un 35% en el riesgo de desarrollar otra enfermedad.
“Dormir lo suficiente permite que el cuerpo descanse. Hay muchas otras formas en que dormir mal podría aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca o accidente cerebrovascular, incluso al aumentar la inflamación y aumentar la presión arterial. Esta investigación se suma a un creciente cuerpo de investigación que destaca la importancia de dormir bien por la noche”, concluye Jo Whitmore, enfermera en la Fundación Británica del Corazón.
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