MADRID, 29 (SERVIMEDIA)
El Parque Nacional de Doñana vuelve a contar con un sector de agua subterránea en mínimo histórico 11 años después, concretamente el de Sur de Villamanrique, mientras que otros ocho están en estado de alarma.
Así se recoge en un informe del estado de los acuíferos del entorno de Doñana correspondiente al año hidrológico 2023-2024, elaborado por la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir (CHG) y el último de una serie histórica que comenzó con el año hidrológico 2012-2013.
El acuífero de Doñana se distribuye en 16 sectores definidos por criterios hidrogeológicos, de distribución regional de las extracciones de agua y de ubicación de los puntos de la red de control de la zona.
La serie histórica de informes de la CHG, a la que tuvo acceso Servimedia, indica que el sector de Cabecera sur de la Rocina se encontraba en mínimo histórico en el año hidrológico 2012-2013.
Hay que esperar 11 años para encontrar otro sector en una situación similar, algo que ocurrió en el de 2023-2024 con Sur de Villamanrique.
Por otro lado, el acuífero de Doñana mantuvo algunos sectores en situación de alarma (tres entre los años hidrológicos 2017-2018 y 2020-2021, cuatro el de 2014-2015 y cinco en 2013-2014, 2015-2016 y 2016-2017).
Esta situación empeoró recientemente, puesto que nueve sectores se hallaban en alarma en el año hidrológico 2021-2022, 11 en el de 2022-2023 y ocho en el de 2023-2024 (en este último caso, con otro en mínimo histórico).
Los que se encontraban en alarma en el año hidrológico 2023-2024 son Cabecera Norte de la Rocina, Ecotono Norte, Zona Norte, Norte del Rocío, Norte Arroyo de la Rocina, Sector Intermedio, Cabecera Sur de la Rocina y Abalario.
El conjunto de las masas de agua subterránea del acuífero de Doñana se encontraba entonces en estado de alerta, al igual que en los años hidrológicos 2013-2014, 2014-2015 y 2021-2022 y 2022-2023.
MEDIDAS
Con los últimos datos, el responsable de la Oficina de SEO/BirdLife en Doñana, Carlos Davila, apuntó que, “después de 13 años caracterizados por lluvias escasas, temperaturas más altas y primaveras más cortas, debemos implementar con urgencia medidas de adaptación y mitigación ante este nuevo escenario climático”.
“Lo que definíamos como año seco se ha convertido en un año normal, pero en cambio no se ha adaptado el modelo de actividad productiva en el entorno de Doñana y se mantiene la intensificación agrícola que ha generado la sobreexplotación del acuífero y los modelos turísticos basados en la masificación estacional”, añadió.
Las actividades humanas han provocado la disminución del período de inundación de la marisma, generando un grave impacto sobre las poblaciones de gansos y patos del Paleártico Occidental, según un estudio del equipo científico de la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).
El censo internacional de aves acuáticas invernantes en enero de 2024 fue de 122.196, el peor registro histórico, con la disminución de más de un 70% de especies como el cuchara común, el ánade silbón, la cerceta común o el ánade rabudo.
Por ello, SEO/BirdLife ha reclamado a las Administraciones públicas –Gobierno de España, comunidad autónoma y entidades locales– y a los sectores productivos implicados a actuar de forma “conjunta, integral y urgente”.
Además, ha solicitado a la Junta de Andalucía que implemente las actuaciones incluidas en el Plan especial para la ordenación de las zonas con cultivos en regadío localizadas al norte de la corona forestal de Doñana y que cumpla con su Plan de Recuperación y Conservación de Aves de Humedales, y con los compromisos adquiridos ante la Unión Europea en el Plan de Gestión del espacio Red Natura 2000.
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