MADRID, 13 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Instituto Universitario Fernández-Vega y la Fundación de Investigación Oftalmológica han desarrollado un panel de biomarcadores que ha conseguido predecir el desarrollo del glaucoma en un 80 por ciento de los casos estudiados, y que abre la posibilidad de realizar un diagnóstico de glaucoma en base a una prueba ‘in vitro’ como un análisis de sangre, agilizando enormemente el proceso de detección.
“Ser capaces de predecir el glaucoma significaría cambiar por completo el complicado pronóstico de esta enfermedad ocular, que, debido a los pocos síntomas que presenta, suele diagnosticarse tarde”, ha explicado Montserrat García Díaz, investigadora asociada en la Unidad de Genética Ocular y Enfermedades Neurodegenerativas de la Fundación de Investigación Oftalmológica, durante la jornada ‘Prevención y claves del glaucoma’ organizada con motivo del Día Mundial de la Visión por la Asociación Nacional de Informadores de la Salud (ANIS), la Organización Nacional de Ciegos Españoles (ONCE) y el IOFV.
La relevancia de las revisiones periódicas en la detección de la patología ha sido otro de los temas prioritarios tratados en la jornada. “Aunque habitualmente el glaucoma debuta a partir de los 50 años, puede presentarse también en gente joven, habitualmente jóvenes miopes”, ha explicado Pedro Pablo Rodríguez Calvo, director de la Unidad de Glaucoma del Instituto Oftalmológico Fernández-Vega.
“Teniendo en cuenta que la miopía actualmente afecta más del 60% de los jóvenes españoles de entre 17 y 27 años, realizar una revisión de fondo de ojo anual en estos casos, aunque sea población joven, ayuda enormemente a la detección precoz de un posible glaucoma, lo que supone una gran ventaja en el pronóstico y control de la enfermedad”, ha añadido.
El glaucoma, también llamado “ceguera silenciosa”, afecta en torno a 60 millones de personas en todo el mundo, y, concretamente, en España a cerca de un millón. De hecho, constituye la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. Se trata de una enfermedad que afecta al nervio óptico, responsable de aportar información al cerebro, el glaucoma, que puede llegar a producir la pérdida total de la visión si no se trata a tiempo, puesto que en sus fases iniciales no presenta síntomas.
Respecto a la perspectiva del paciente, Imelda Fernández, vicepresidenta de la ONCE, destaca que “el acompañamiento de la familia, así como el asesoramiento de asociaciones, es fundamental en el trascurso de la enfermedad, ya que en los casos más severos no es aislado que aparezca el desánimo, la incertidumbre y miedo a la pérdida total de visión, sin embargo, existen multitud de recursos que ayudan al paciente a transitar en las diferentes etapas de esta patología ocular y que son desconocidos para la gran mayoría”.
Por su parte, Delfina Balonga, vicepresidenta de la Asociación de Glaucoma para Afectados y Familiares (AGAF), ha incidido en la importancia de cuidar la relación médico-paciente y de abordar los posibles miedos o dudas con transparencia, ya que la gestión de la incertidumbre sobre la evolución de la enfermedad también es una complejidad añadida no siempre tenida en cuenta. También reclama transparencia para que lleguen las investigaciones a los pacientes.
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