MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
Investigadores del Instituto Karolinska de Suecia han desarrollado un método para estudiar la función y la enfermedad del hígado sin necesidad de procedimientos invasivos; concretamente, tras trasplantar células hepáticas al ojo de ratones, han descubierto que la córnea se puede utilizar como una ventana al cuerpo para controlar la salud del hígado a lo largo del tiempo.
El estudio, que se publica en la revista ‘Nature Communications’, ha demostrado que es posible estudiar las células del hígado en un organismo vivo sin necesidad de procedimientos invasivos. Esto es posible en ratones trasplantando pequeños cultivos de células hepáticas en 3D, conocidos como esferoides, en la cámara anterior del ojo.
Los investigadores han demostrado que las células del hígado se adhieren al iris del ojo y reciben los vasos sanguíneos y nervios necesarios para su función y supervivencia. También conservan sus características hepáticas típicas y parecen reflejar la salud del hígado del animal. Por ejemplo, se descubrió que los esferoides en el ojo almacenan grasa de manera similar al hígado del mismo animal cuando se alimenta con una dieta rica en grasas, lo que significa que el implante podría actuar como un marcador de la enfermedad del hígado graso.
“Se trata de un enfoque único que abre nuevas oportunidades para estudiar el papel del hígado en enfermedades metabólicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y la enfermedad del hígado graso. Para detener o retrasar la progresión de la enfermedad, necesitamos identificar los mecanismos tempranos de la enfermedad, pero hasta ahora ha sido difícil estudiar el hígado sin utilizar métodos invasivos”, afirma Noah Moruzzi, profesor asistente del Departamento de Medicina y Cirugía Molecular del Karolinska y autor correspondiente del artículo.
Las enfermedades metabólicas han aumentado dramáticamente en los últimos años y antes estaban asociadas con la vejez, pero hoy en día se desarrollan cada vez más en personas más jóvenes y en niños obesos. Estos trastornos comparten factores de riesgo similares y a menudo se presentan juntos en pacientes con síndrome metabólico. El hígado graso y la diabetes tipo 2 se caracterizan por un metabolismo de los lípidos y una regulación del azúcar en sangre disfuncionales, controlados por el hígado y el páncreas, respectivamente.
“Por lo tanto, el seguimiento continuo y detallado de los cambios funcionales en estos órganos es esencial para identificar los mecanismos de la enfermedad. Con la nueva plataforma, ahora podemos monitorear el desarrollo del hígado graso a nivel celular y estamos emocionados de comenzar a usarla para probar diferentes medicamentos y estrategias de tratamiento”, afirma la primera autora Francesca Lazzeri-Barceló, estudiante de doctorado en el mismo departamento.
El grupo de investigación del profesor Per-Olof Berggren en el Instituto Karolinska trasplanta células y miniórganos a la cámara anterior del ojo en ratones desde 2008. “En los últimos años, nuestro método ha demostrado ser una potente herramienta de investigación para controlar los islotes pancreáticos productores de insulina durante el desarrollo de la diabetes tipo 2”, afirma.
“Ahora la plataforma se ha ampliado a la investigación del hígado, lo que demuestra que existe potencial para utilizar la herramienta también en otras áreas médicas”, concluye.
El estudio fue financiado, entre otros, por el Consejo Europeo de Investigación (ERC), la Fundación Erling Persson, la Fundación Knut y Alice Wallenberg, el Instituto Karolinska, la Fundación Jonas y Christina af Jochnick, la Asociación Sueca de Diabetes, el Consejo Sueco de Investigación y la Fundación Novo Nordisk.
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