MADRID, 22 (SERVIMEDIA)
Un equipo del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) ha publicado dos nuevos estudios sobre la influencia de la contaminación atmosférica y el efecto de las olas de calor en la aparición y/o agravamiento de determinadas enfermedades y en el aumento derivado de ciertos ingresos hospitalarios.
Según informó este lunes el centro de investigación, las investigaciones, lideradas desde la Unidad de Cambio Climático, Salud y Medio Ambiente Urbano de la Escuela Nacional de Sanidad del ISCIII, que codirigen los investigadores Julio Díaz y Cristina Linares, se publicaron en la revista ‘Science of the Total Environment’.
El cambio climático está afectando tanto a la frecuencia y magnitud de los incendios forestales como al aumento del número de días con intrusiones de polvo sahariano, dos cuestiones que pueden afectar a la contaminación atmosférica y, por tanto, a la salud de las personas.
Se conocía que el aumento de las denominadas partículas finas (PM), que se produce cuando hay incendios y polvo sahariano, repercute en enfermedades cardiorrespiratorias y variables adversas al nacimiento (bajo peso o prematuridad). Esta investigación evidencia ahora que también puede tener influencia en el agravamiento de patologías mentales.
Sobre esta base, el primer estudio analizó cómo influían a corto plazo las concentraciones medias diarias de PM, NO2, O3, y la temperatura máxima diaria en olas de calor, en los ingresos hospitalarios diarios urgentes en España debidos a trastornos mentales y del comportamiento, depresión y ansiedad.
TRASTORNOS MENTALES
Los resultados indican que en los días en los que hay combustión de biomasa, las concentraciones de PM tienen un efecto estadísticamente significativo sobre los ingresos urgentes por trastornos mentales, especialmente depresión, probablemente relacionado con la toxicidad de estas partículas.
Sin embargo, en los días con intrusiones de polvo sahariano, aunque sí se produce un aumento en las concentraciones de PM, son otras variables consideradas en el análisis las que están más relacionadas con este tipo de ingresos, como la propia temperatura en olas de calor, el NO2 o el O3, que también aumenta en estos días.
Ante estas conclusiones, desde el ISCIII recomendaron poner en marcha planes de prevención en salud pública que tengan en cuenta el efecto conjunto de diversos factores de riesgo ambiental, ya que pueden actuar de forma sinérgica en determinadas situaciones.
El segundo de los estudios insiste en la probabilidad de que en las próximas décadas los fenómenos meteorológicos extremos sean cada vez más intensos y frecuentes en toda Europa y, en particular, en la cuenca mediterránea como consecuencia del cambio climático de origen antrópico.
ENFERMEDADES BACTERIANAS
Partiendo de que la tasa de reproducción de algunos microorganismos, entre ellos las bacterias causantes de enfermedades alimentarias, puede verse afectada por estos fenómenos, la investigación buscó nuevas evidencias al respecto.
Con datos entre 2013 y 2018, examinó una posible relación a corto plazo entre los ingresos hospitalarios urgentes debidos a las principales enfermedades bacterianas de transmisión alimentaria (salmonelosis, campilobacteriosis e infecciones por ‘Eschericha coli’) y las diferentes variables meteorológicas y de contaminación atmosférica, incluida la temperatura máxima diaria en olas de calor.
Según las estimaciones realizadas, el riesgo atribuible de aumento de ingresos hospitalarios urgentes es del 3,6% por cada grado de aumento de la temperatura máxima diaria por encima de 12°C durante todo el año, y del 12,2% por cada grado de aumento de la temperatura por encima de la temperatura umbral de definición de ola de calor (34°C) en verano.
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