MADRID, 28 (SERVIMEDIA)
El servicio de Neurología del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid ha coordinado un estudio que identifica una correlación directa entre la concentración de ácidos grasos de cadena corta (AGCC) con la actividad inflamatoria que tienen las pacientes con esclerosis múltiple durante el embarazo y postparto.
El trabajo, cuyo investigador principal es el neurólogo del centro hospitalario, Juan Pablo Cuello, contó con la colaboración de los hospitales Clínico San Carlos y Ramón y Cajal. El estudio, titulado ‘Short-chain fatty acids during pregnancy in multiple sclerosis: A prospective cohort study’, acaba de publicarse en la revista ‘European Journal of Neurology’.
Además, la investigación recibió el premio ‘Nicolás Achucarro’ al mejor trabajo publicado en Investigación Clínica de 2022, concedido durante la celebración de la 16ª edición de los premios de la Asociación Madrileña de Neurociencias.
El investigador principal de este proyecto e integrante del equipo de esclerosis múltiple del Hospital Gregorio Marañón, Juan Carlos Cuello explicó que “cuando hablamos de esclerosis múltiple hablamos de una enfermedad neurodegenerativa crónica que afecta al sistema nervioso central. Los síntomas que padecen los pacientes dependerán del sector anatómico comprometido: nervios ópticos, cerebro y médula espinal, etc”.
MICROBIOTA INTESTINAL
En la actualidad, añadió, “cada vez hay más evidencia científica que vincula la composición de la microbiota intestinal con el curso de distintas enfermedades autoinmunes. Por esta razón, quisimos analizar la concentración de ácidos grasos de cadena corta en nuestra cohorte de pacientes embarazadas y ver su posible correlación con la ocurrencia de brotes”.
Los ácidos grasos de cadena corta son producidos por la microbiota intestinal cuando fermentan los componentes de los alimentos (principalmente fibra e hidratos de carbono no digeribles) en el interior del colon. Los AGCC principales son el ácido acético, el propiónico y el butírico.
Tienen funciones tanto locales en el propio colon, como a distancia en el resto del cuerpo. Dentro de sus funciones locales demostradas, se incluyen la consolidación de la mucosa intestinal protectora o el favorecimiento en la proliferación celular, por ejemplo.
A nivel sistémico, agregó Juan Pablo Cuello, pueden influir en el metabolismo energético corporal y modular la inmunidad sistémica. Esto último está despertando un creciente interés en la comunidad científica, ya que se cree que los AGCC pueden desempeñar un papel importante en la actividad de distintas enfermedades inflamatorias.
“Efectivamente, tras analizar la concentración de estos AGCC en la cohorte de mujeres embarazadas con esclerosis múltiple pudimos encontrar una correlación entre sus niveles con la presencia de brotes durante el embarazo y postparto. Además, vimos que medir los AGCC al inicio del embarazo podría ayudarnos a identificar pacientes con riesgo de sufrir brotes en el puerperio, y mejorar así nuestra estrategia terapéutica”, concluyó el neurólogo del Gregorio Marañón.
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