MADRID, 3 (Portaltic/EP)
El creciente interés por los servicios en línea implica una mayor necesidad de almacenamiento en los centros de datos y un mayor volumen de consumo energético aparejado, lo que ha llevado tanto al sector como a la Unión Europea a anunciar planes para disociar la huella energética del crecimiento exponencial de los datos.
Así, la Comisión Europea ha anunciado un plan para digitalizar el sistema energético. El foco de esta propuesta es el giro hacia un sistema energético digitalizado, ecológico y resiliente; que pueda hacer frente a la crisis climática y garantizar un acceso asequible a la energía para todos, y está previsto que uno de los sectores en los que más incida este plan sean los centros de datos.
Los centros de datos reúnen los elementos de red, almacenamiento y sistemas de computación que las empresas y otras organizaciones usan para organizar, procesar, almacenar y difundir grandes cantidades de datos. Son “los auténticos corazones digitales tanto de las empresas, como de la sociedad en su conjunto”, como destacan desde Data4, y en ellos se alojan las actividades de las redes sociales o los sistemas empresariales, que requieren una enorme cantidad de almacenamiento y procesamiento. Son, por tanto, infraestructuras insustituibles para poder garantizar los estilos de vida digitales propios de las sociedades actuales.
Al actuar como grandes almacenes de información digital, a medida que aumenta la necesidad de este almacenamiento, también lo hacen las necesidades de energía y refrigeración y los costes asociados. No obstante, en estos centros de datos la infraestructura para dar ese soporte llega a ocupar la mitad del espacio disponible para habitaciones.
Este factor espacial hace que los centros de datos en modelo ‘colocation’, es decir, los centros en los que un proveedor externo alquila espacios para servidores y demás ‘hardware’ informáticos, sean mucho más eficientes que los ‘datacenters’ propios. Estos modelos de ‘colocation’ tienen mayor capacidad de inversión e innovación para actualizar los equipos y sistemas en búsqueda de la eficiencia energética, además de la sostenibilidad.
En 2021 la industria del sector de los centros de datos se comprometió de forma proactiva a alcanzar el objetivo de ser climáticamente neutros y eficientes desde el punto de vista energético a horizonte 2030, mediante la firma del Pacto Europeo por la Neutralidad Climática de los Centros de Datos. En la actualidad, es la Comisión Europea la que pretende fijar este objetivo estratégico desde el punto de vista energético y del aprovechamiento de recursos de aquí a 2030.
Compañías como Data4 se preparan desde hace tiempo para afrontar estos retos. Este grupo, uno de los principales operadores e inversores de centros de datos de Europa, implementó hace años una política de reducción del consumo energético, y en la actualidad continúa trabajando para seguir reduciendo el consumo mediante el empleo de aire fresco del exterior siempre que sea posible para refrigerar las salas de ordenadores.
También a través del análisis del ciclo de vida, una auditoría de todos los flujos e impactos que rodean el diseño y la producción, en este caso de un centro de datos, que además de medir la emisión de gases de efecto invernadero, también tiene en cuenta otras 16 medidas de impacto ambiental como el consumo de agua, el efecto sobre la capa de ozono o el consumo de recursos fósiles, entre otros.
Otra de las iniciativas puestas en marcha es la compensación del cien por ciento de la energía que consumen los centros de datos de Data4 con la inyección del equivalente de energía verde en el sistema eléctrico.
Además de estas medidas, Data4 está explorando distintas maneras en las que puede apoyarse en la inteligencia artificial para analizar las condiciones del entorno, su aplicación, por ejemplo, para la configuración óptima de las instalaciones, con el objetivo de incrementar la eficiencia energética y asegurar un buen mantenimiento de los equipos.
Por otra parte, Data4 está preparada para implementar un proyecto pionero en España, mediante el que se podrá reutilizar el calor producido por los ordenadores. De esta forma, se podría dar una segunda vida a esta energía evitando emisiones y consumos en la generación de ese calor por otros medios.
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