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Dani Molina: “He atravesado un desierto muy duro durante 20 años, hoy es el día más feliz de mi carrera deportiva”

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PARÍS, 2 (del enviado especial de EUROPA PRESS, Ramón Chamorro)

El triatleta español Dani Molina se mostró feliz por haber puesto fin del mejor modo posible a un viaje “por un desierto muy duro” en el que “llorado y sufrido” gracias a “algo único” como proclamarse por fin campeón paralímpico en los Juegos de París y vivir su “día más feliz” a nivel deportivo.

“Han sido 20 años por un desierto muy duro en el que hemos sufrido muchísimo, el que lo hemos sufrido, lo hemos pasado bien, mal y pasado muy mal. Hemos tenido épocas muy duras donde veíamos como otros deportistas llegaban a los Juegos y nosotros nos quedábamos en casa y eso como deportista son momentos duros”, comentó a los medios Molina, que en la capital francesa pudo por fin competir en triatlón ya que antes su categoría no estaba incluida.

Pero el madrileño sabía que cuando le dejaran “competir” iba a ser “campeón paralímpico. “Lo he sabido desde que me cogió mi entrenador y las primeras palabras que le dije fueron que quería ser campeón paralímpico y del mundo. Trabajamos duro este año y por todo lo que habíamos trabajado anteriormente, mi entrenador me dijo: ‘Dani, ya vas a ser campeón'”, añadió.

“Hemos estado 7 años trabajando y ahora es el momento de darle 3 vueltas a la tuerca y así hemos hecho. Nadie sabe cómo es lo que he trabajado, lo que he sufrido y llorado, y merece la pena. Hoy es el día más feliz de mi vida deportivamente hablando, creo que es algo único, creo que ser campeón paralímpico es algo muy diferente a ser campeón del mundo o de Europa y creo que lo voy a celebrar como se merece”, apuntó.

Molina salió del segmento de ciclismo, el que peor se le da, bien colocado. “Está todo calculado y medido”, indicó sonriente. “Mi entrenador y yo sabíamos que teníamos un margen de tiempo para perder en la bici y bajarnos a correr y cogerles. Ellos saben que si me bajo cerca a correr están ‘muertos’ porque soy el que mejor corre en toda la categoría y tienen que meterme en la bici todo lo que puedan y eso conlleva que te desgastas mucho más”, resaltó.

“Mi entrenador me ha ido contando los tiempos y me decía que estuviese tranquilo y que estaba hecho. No confío en nadie más que en mi entrenador porque me conoce muy bien y el domingo me dijo que sabía que iba a ganar si hacía todo lo que ha dicho. Cuando me he bajado a correr he sacado todo lo que me quedaba y en al kilómetro y medio ya estábamos primeros”, prosiguió el campeón paralímpico.

Molina insistió en que su oro es “algo único”. “Era lo único que faltaba para ganar. Ya lo hemos ganado todo, ya puedo decir que he ganado todo lo que se puede ganar en el triatlón. He disfrutado muchísimo, muchísimo, cuando quedaba esa zona llena de españoles y tomas la curva y ves la meta. Sabía que venían muy detrás y que no me iban a coger y sacas toda la rabia, la alegría, la felicidad, todo el trabajo de detrás”, admitió.

“Mi mujer lo sabe, mi entrenador lo sabe, pero muy poca gente sabe lo que he trabajado para llegar aquí y para ganar esto. Sabía que venía a ganar un oro y se lo dije al presidente de la federación. A lo mejor suena prepotente, pero cuando sabes cuáles son tus posibilidades, tus tiempos y los tiempos de los demás, sabes perfectamente si vas a ganar o no”, recalcó el madrileño.

Este contó con mucho apoyo porque además de su mujer y sus hijos, hubo mucha más familia porque “el domingo se iban todos y cancelaron todos los vuelos”. “Y de repente iban la bici y les he visto a toda mi familia ahí. Mis hermanas, mis hermanos, de repente los he visto y no sabía nada, no me han dicho nada. Esta mañana cuando me he levantado había un montón de mensajes borrados en los chats familiares. Y digo, ¿qué ha pasado?”, afirmó con una sonrisa.

Sobre el recorrido, no le pareció “tan duro” el recorrido por el Sena. “Estoy acostumbrado a nadar en cualquier sitio, en una charca, en un río, en un lago, en un pantano, en el mar, y para mí el agua es agua, en cualquier lado. Mi entrenador me dijo que soy un buen nadador y que para mí el agua iba a ser un trámite”, expresó.

Rival a batir en esta final, tenía claro que “el que mejor se adapta a las situaciones es el que tiene más posibilidades” y que por ello no le había afectado el cambio de días y los aplazamientos. “Fuimos a entrenar, a la bici, a nadar, a correr y nos metimos en la cama”, detalló.

Sin embargo, hubo algo que no le gustó. “Es meterte en la cama a las 21.00 horas sin saber si vas a correr y levantarte a las 4.30 sin saber si se va a correr porque no duermes, no descansas. He mirado el reloj a las 2.00 y he visto un mensaje de que sí que se iba a correr, pero ya te despiertas. Creo que ahí la organización debería mirar más por los deportistas porque al final el descanso es fundamental y si el día de la carrera no puedes dormir, sabes que ya estás perdiendo balas. Por lo demás, el sitio es perfecto, el circuito es durísimo y la carrera a pie es muy rápida, que es a mí lo que me viene bien y cuando me he bajado a correr y les he visto delante he dicho, a por ellos”, manifestó.

“No lo sé, con la bici, con un mono y pegada a la pared. Creo que es algo que hay que guardar muy bien y que todo el mundo lo vea cuando venga a casa y pueda enseñarlo porque creo que es algo de lo que hay que presumir, no todos los días eres campeón paralímpico”, sentenció sobre donde colocará su metal dorado.


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