MADRID, 2 (EUROPA PRESS)
Una revisión ‘Cochrane’, liderada por el miembro del Instituto de Investigación Sanitaria de Navarra (IdiSNA) y de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), Luis Carlos Saiz Fernández, ha cuestionado los beneficios de la intensificación de la terapia antihipertensivo en pacientes cardiovasculares.
En la actualidad, muchas de las principales guías de práctica clínica recomiendan la intensificación del tratamiento antihipertensivo en pacientes hipertensos con enfermedad cardiovascular establecida. Sin embargo, el estudio ‘SPRINT’ puso de manifiesto que apenas el 17 por ciento de los participantes habían desarrollado ya de forma previa una enfermedad cardiovascular.
“Se ha transmitido la idea de que los resultados globales del estudio SPRINT se podían aplicar directamente a la población con enfermedad cardiovascular previa, lo cual no se confirma a la luz de la evidencia científica disponible”, ha dicho el experto.
En este sentido, la revisión, en la que han participado varios farmacéuticos de Atención Primaria, es la tercera actualización de una serie iniciada en 2017 que ha revisado ya siete estudios y casi 10.000 pacientes. Los resultados son sólidos para la gran mayoría de las principales variables evaluadas. “No hemos encontrado beneficios en mortalidad global, mortalidad cardiovascular, eventos adversos graves o eventos cardiovasculares totales al comparar el establecimiento de objetivos intensivos de tensión arterial con objetivos estándar en el caso de pacientes hipertensos con enfermedad cardiovascular establecida”, ha subrayado Saiz Fernández.
La investigación sí que ha identificado una mayor probabilidad de abandono del tratamiento antihipertensivo en los participantes con objetivo intensivo y también ha constatado una gran insuficiencia en la información sobre los eventos adversos que conlleva esta estrategia: “Seguramente, una importante segunda conclusión de nuestro estudio apuntaría a la necesidad de recabar datos sobre el potencial daño que puede provocar dicha intensificación, dada la extremadamente limitada información disponible al respecto”, ha dicho el experto.
En ese sentido, el miembro de SEFAP ha señalado que es de esperar que, por regla general, un objetivo intensivo se acompañe también de una intensificación en el tratamiento farmacológico, lo que constituye en sí mismo un factor de riesgo.
“Un tratamiento innecesario o excesivo de fármacos antihipertensivos podría provocar, entre otros efectos colaterales, cuadros de hipotensión que en ocasiones se traducen en mareos y caídas”, ha recalcado Saiz Fernández, que destaca la importancia de este aspecto en la población anciana, “quienes por una parte son los principales usuarios de esta medicación y por otra presentan una especial probabilidad de daño grave derivado de una potencial caída”.
Por último, según el autor principal de la revisión, otro posible efecto adverso aún no aclarado reside en el potencial incremento de eventos cardiovasculares vinculado a tensiones arteriales excesivamente bajas en pacientes con enfermedad coronaria previa, un efecto conocido como Curva-J.
“Los profesionales sanitarios tenemos grabado a fuego que prevenir es siempre mejor que curar. Sin embargo, no debemos olvidar que las intervenciones preventivas también pueden provocar efectos indeseables, lo cual es especialmente relevante cuando hablamos de prevención basada en medicamentos”, ha zanjado.
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