Correos emite un sello dedicado a María Bernaldo de Quirós, la primera mujer piloto de aviación de España
MADRID, 26 (EUROPA PRESS)
Correos ha emitido un sello dedicado a María Bernaldo de Quirós, la primera mujer española en obtener el título de piloto de aviación en octubre de 1928. Este nuevo efecto postal forma parte de la colección #8MTodoElAño dedicado a mujeres emblemáticas en la lucha por la igualdad.
El de María Bernaldo de Quirós se suma a los dedicados a Clara Campoamor, Dolors Aleu Riera, Luisa Roldán (La Roldana), Isabel Zendal, María Blanchard, Concepción Arenal, Elidà Amigó, Maruja Mallo, María de Maeztu, Almudena Grandes, Federica Montseny, Elena Fortún, Justa Freire, Lucía Sánchez Saornil,Ana Carmona, Carmen de Burgos y Ascensión Chirivella.Todos ellos han sido diseñados por la artista Isa Muguruza.
María Bernaldo de Quirós se interesó por la aviación por pura casualidad. Casada por segunda vez con el alcalde de Ciudad Rodrigo, descubrió su pasión cuando en el plazo de un mes tres aviones que seguían la ruta Sevilla- Valladolid tuvieron que aterrizar de emergencia en una finca cercana. A partir de ese momento, decidió que nada, ni el reproche social, ni las acusaciones de que una mujer casada nada debía buscar entre hombres que manejaban aquellas máquinas, ni la oposición de su marido, podían apartarla de aquella pasión. María, a la que pronto apodarían Miss Golondrina, realizó el curso de piloto en el aeroclub de Getafe pese a la total oposición del director del aeroclub por su condición de mujer. Sus instructores y compañeros destacaron su gran pericia cuando obtuvo su licencia de piloto. Su belleza, su origen noble y sus atrevidas declaraciones que recogían los periódicos (“Las mujeres servimos para algo más que para bordar”) le garantizaron una fama efímera.
Aunque toda fiesta que se celebraba en sociedad quería contar con aquella mujer moderna, por otra parte, el propio Aero Club le negó un número como socia y también que se acercara a ninguna de sus avionetas. El que defendiera el divorcio para las mujeres y fuera una de las primeras en obtenerlo, pues abandonó a su marido para iniciar una relación con su instructor de vuelo, el piloto militar Díaz de Lecea, no ayudó a que la vieran con mejores ojos.
Tras finalizar el curso, la única manera de soslayar esa prohibición fue hacerse con su propio aparato por lo que compró una avioneta De Havilland DH 60, su mosquito, que financió con viajes promocionales y bautismos aéreos por toda España, con los que mantuvo su aura de estrella.
LOS HOMBRES SE NEGABAN A VOLAR CON ELLA
Aunque los hombres se negaban a volar con ella, muchas mujeres se encontraban deseosas de que su primer vuelo fuera pilotado por Miss Golondrina. Participó en numerosas exhibiciones aterrizando incluso en el aeródromo de Lasarte donde ningún hombre lo había hecho antes. Asimismo, durante los actos de bienvenida del Infante Don Jaime de Borbón colaboró sobrevolando su coche y lanzándole flores.
En marzo de 1929 más de un centenar de aviadores civiles y militares y miembros del Real Aero Club firmaron una petición dirigida al general Kindelán, jefe superior de la Aeronáutica, para que concediese a María el título y la insignia de piloto militar honorífico al igual que al resto de sus compañeros. El general se negó simplemente por el hecho de ser mujer.* Durante la guerra civil española, la piloto realizo algunos vuelos de reconocimiento para el bando nacional. Acabada la contienda ya no volvió a volar y se dedicó por entero a administrar su patrimonio y al teatro, otra de sus grandes pasiones. María murió en 1983 en Madrid a los 85 años por causas naturales. Un Airbus A320Neo de Iberia bautizado en su honor la recuerda desde 2020.
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