MADRID, 06 (SERVIMEDIA)
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) revela que los genes únicos y las redes genéticas de un órgano se pueden reutilizar en otro para evolucionar. El trabajo se publicó en la revista ‘Nature Communications’ y destaca la existencia de mecanismos, que podrían servir como base genética de innovaciones evolutivas, según informó este lunes el CSIC.
La reutilización de genes consiste en que estos que originariamente tenían una función en un órgano se reclutan para cumplir una función nueva en otro órgano, y es una potente fuerza evolutiva, según afirmó el centro de investigaciones. Este proceso se conoce como cooptación y ocurre con genes únicos y con redes genéticas involucradas en procesos de desarrollo.
Asimismo, un equipo del Centro Andaluz de Biología del Desarrollo (CABD, Csicia-UPO), liderado por James Hombría, observó la reutilización de las redes genéticas que forman el órgano respiratorio externo de la larva de la mosca de la fruta en el testículo del adulto de esta mosca, donde se requiere para liberar los espermatozoides, según explicó la institución.
Además, los investigadores demostraron que este reclutamiento génico entre órganos hace que ambos queden “evolutivamente ligados”. La investigadora del CABD y coautora del estudio ‘Sol Sotillos’ detalló que “la cooptación génica afecta a la evolución futura porque cualquier cambio mutacional en la red reclutada puede afectar a ambos órganos con distintas consecuencias”.
Esto puede provocar que la evolución de la red génica se ralentice, ya que “cualquier cambio se eliminará si causa defectos en alguno de los órganos ligados”, subrayó la investigadora. Sin embargo, un cambio que sea favorable en uno de los dos órganos “se reflejará en el otro, aunque en este no tenga ninguna función”, añadió.
Así pues, mientras que estudios anteriores a este sugerían que las novedades evolutivas cooptadas provenían de la modificación de estructuras que previamente ejecutaban otra función. Los investigadores aseguran que el actual estudio “abre la puerta a entender cómo se forman nuevos órganos a nivel evolutivo y que la cooptación puede dar lugar a la presencia de sofisticadas redes génicas que podrían adquirir una función en el futuro”, concluyeron.
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