MADRID, 6 (EUROPA PRESS)
Las cineastas Isabel Coixet, Estíbaliz Urresola y Elena Martín están nominadas en la 38 edición de los premios Goya por su trabajo en ‘Un amor’, ‘20.000 especies de abejas’ y ‘Creatura’, respectivamente, y lo hacen frente a Víctor Erice, J.A. Bayona y David Trueba, por sus obras ‘Cerrar los ojos’, ‘La sociedad de la nieve’ y ‘Saben aquell’. En opinión de las realizadoras, se está produciendo un “cambio” en la industria a la hora de nominar a las mujeres.
“No hay techo para lo que las mujeres podemos hacer. Para romper ese techo, yo no he tenido en cuenta que había techo ni que era de cristal, como si es de cemento armado. Es de justicia y lógico que las mujeres también contemos el mundo. Creo que a nivel de contar cosas y de contarlas con talento, no tenemos que demostrar nada más”, ha afirmado Isabel Coixet en una entrevista con Europa Press.
En el caso del Goya a la Mejor Dirección, este año se repite la ecuación de la cita anterior y vuelven a estar nominadas dos directoras frente a tres directores. Una situación que, para Urresola -nominada en su caso a Mejor Dirección Novel-, representa una “transformación”, ya que en el pasado “a lo mejor solo había una mujer o ninguna”.
“Sin centrarnos en lo que pasa este año o el anterior, creo que hay un cambio que se siente fuertemente. De hecho, quizá hemos sido menor en número, pero en las últimas ediciones creo que las mujeres se han llevado más premios”, ha señalado en una entrevista con Europa Press.
En este sentido, Coixet también vislumbra un cambio en la industria cinematográfica y recuerda que en 2023 la película que más ha recaudado es ‘Barbie’ de Greta Gerwig. “Ahora hace falta que el público abrace las películas de las mujeres y se abra a ellas. Algo que ya ha ocurrido como fenómeno sociológico comercial”, ha apuntado.
Sin embargo, para Elena Martín sí que sigue existiendo un techo de cristal y argumenta que tanto ella como Coixet no parten como “favoritas” para llevarse el Goya a mejor dirección. “Hay una diferencia de presupuestos en la capacidad de hacer grande a una película, que sigue siendo más difícil cuando eres una mujer”, ha aseverado.
LA DIVERSIDAD LLEGA A LOS GOYA
Por otro lado, las cineastas coinciden en que la 38ª edición de los Goya está marcada por la diversidad que se refleja en las nominaciones, como la de La Dani, actor no binario, a mejor actor revelación, o las nominaciones de ‘Te estoy amando locamente’ de corte LGTBI. Pero también hay nominados actores Julio Hu Chen, Xinyi Ye y Yeju Ji, nominados a Mejor Actor y Actriz Revelación por la película ‘Chinas’, de Arantxa Echebarría, o ‘Brianeitor’, en la misma categoría, por ‘Campeonex’, de Javier Fesser.
Para Urresola, esto se debe al “relevo generacional” que está permitiendo “revisar y reinterpretar los temas”. En el caso de Coixet, la cineasta ensalza el mayor protagonismo de películas de corte social bajo la mirada femenina. “El mundo sin la mirada de las mujeres está incompleto. Somos la mitad del mundo y lo racional es que contemos lo que pasa en el mundo”, apostilla.
Al respecto, Elena Martín cree que “aún queda mucho trabajo por hacer”, pero ensalza que haya nuevas propuestas que pretendan “llegar y ser entendidas a un público más grande”. “Todavía cuesta que haya películas producidas de otra forma o con nombres menos conocidos que se vean reconocidas por la Academia”, señala.
Las realizadoras también han opiniado nominaciones de ‘La sociedad de la nieve’, de J.A. Bayona, producida por Netflix, y que salto rápidamente de las salas a la plataforma de streaming.
“Yo creo que una película es una película. Sin importar si la pasan en una plataforma o en el cine. Todos los cineastas queremos que nuestras películas pasen en un cine porque hemos nacido con eso, pensamos que es la mejor manera de ver una película, pero la ventana grande o pequeña que haya tenido en los cines no impide que la película tenga sus méritos y yo en ese sentido ahí sí que no veo diferencia”, ha apuntado Coixet.
Elena Martín asegura, por su parte, que es un debate “muy complicado” porque los premios deben valorar “el contenido artístico” y a su vez cree que se debe abogar por proteger las salas. “Entiendo que ‘La sociedad de la nieve’ se tiene que valorar como película, se proyecte donde se proyecte. Pero, por otro lado, entiendo que hay que proteger las salas de cine”, afirma.
LA CENSURA NO INFLUYE A LAS CREADORAS
Por último, preguntadas acerca de una posible autocensura durante el proceso creativo, las creadoras apelan a la “madurez y sentido crítico” para poder abordar cualquier tema. En este sentido, Elena Martín afirma que las preguntas que se ha planteado en relación al contenido de sus producciones tienen que ver con el “respeto”.
“No me siento censurada por reflexionar sobre si estoy representando algo de una forma justa o no. Yo creo que se puede hablar de cualquier cosa cuando se hace con madurez, sentido crítico y con respeto. Y para mí eso no es censura. Censura es que quiten una obra de teatro porque habla de derechos LGTBI o que se censura una película porque hay un personaje trans”, ha argumentado.
Mientras, Coixet ha bromeado con que si ella se hubiera “autocensurado” no saldría de su casa. “Yo no me voy a autocensurar, ni ahora ni nunca. Si tenía diez años y yo no me autocensuraba, imagínate ahora”, ha agrega.
En el caso de Urresola, la realizadora asegura que ha trabajado de forma “totalmente independiente” y precisa que en ‘20.000 especies de abejas’ ha dejado fuera algún enfoque, pero de manera “consciente”. “Hay elementos que yo conscientemente quería dejar fuera, pero no implica una censura sino un enfoque o un punto de vista desde donde quiero contar o por qué quiero contarlo así para generar también nuevos relatos y nuevas narrativas en torno a un tema”, ha concluido.
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