GRANADA, 13 (EUROPA PRESS)
El Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra (IPBLN), centro perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha hallado, en colaboración con hospitales e instituciones españolas, posibles causas de la arteritis de células gigantes, un tipo de vasculitis sistémica compleja en cuyo desarrollo participan factores genéticos, epigenéticos y ambientales y que se considera una enfermedad rara por su baja prevalencia.
Aunque aún no se conoce con exactitud su causa, investigadores del grupo del profesor Javier Martín en el Instituto de Parasitología y Biomedicina López Neyra, han demostrado el papel crucial que juegan los monocitos en los procesos inflamatorios característicos de esta enfermedad.
Uno de los principales métodos de diagnóstico es la biopsia de la arteria temporal, situada en el área de la sien, un procedimiento que resulta invasivo. Los pacientes pueden presentar un amplio rango de síntomas entre los que se pueden producir complicaciones graves como la pérdida de visión permanente o el infarto cerebral.
Los glucocorticoides son la primera opción de tratamiento de esta enfermedad, unos medicamentos que reducen la intensa inflamación sistémica que se produce, evitando la aparición de síntomas graves. Sin embargo, este tratamiento también trae consigo la aparición de importantes efectos adversos.
El objetivo de esta investigación es estudiar el papel de los monocitos, un tipo de células del sistema inmunológico, en pacientes con la enfermedad. Para ello, los investigadores compararon el perfil de metilación del ADN o metiloma, conjunto de modificaciones presentes en el ADN, y el perfil de expresión génica o transcriptoma de este tipo celular entre 82 pacientes con arteritis de células gigantes y 30 individuos sanos.
Los pacientes se clasificaron en tres estados clínicos diferentes, incluyendo pacientes con y sin tratamiento con glucocorticoides. Los resultados del estudio han revelado una alteración global de los procesos biológicos en los monocitos de pacientes con arteritis de células gigantes, lo que ha permitido conocer mejor el rol de estas células en la inflamación sistémica producida en la enfermedad.
En concreto, los monocitos de los pacientes con sintomatología activa presentan una elevada actividad inflamatoria. Además, también han demostrado que el tratamiento con glucocorticoides revierte el estado inflamatorio de los monocitos afectados.
Esta investigación ha permitido comprender en mayor profundidad los procesos biológicos implicados en el desarrollo de la arteritis de células gigantes y estos hallazgos podrían ser trasladados a la práctica clínica mediante la posible identificación de biomarcadores, los cuales ayudarían a facilitar el diagnóstico de la arteritis de células gigantes y a optimizar el tratamiento de los pacientes de esta enfermedad tan severa.
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