MADRID, 19 (EUROPA PRESS)
La Cámara de Comercio de China ante la Unión Europea (Cccue) ha vuelto a insistir en la necesidad de que se sigan importando los vehículos eléctricos fabricados en el gigante asiático si los 27 Estados miembros quieren asegurar sus objetivos de transición energética.
En un informe publicado este miércoles, el organismo aboga por la “cooperación” como el “único camino” para acelerar la transición hacia unas economías menos dependientes del carbono al tiempo que se enfatiza que “China y Europa pueden aprender mutuamente de sus prácticas para promover y avanzar la transformación industrial”.
Es más, las críticas que vierte Pekín sobre Bruselas y los socios comunitarios se centran en la “influencia” que dicen las autoridades chinas que tienen los representantes del bloque comunitario para imponer “nuevas barreras comerciales”.
Asimismo, hace referencia a la tecnología que utilizan los fabricantes de vehículos chinos al considerar que Europa se ha ralentizado en el desarrollo de las nuevas motorizaciones que aseguren una nueva movilidad sostenible a través de la construcción de infraestructura.
A este respecto, el estudio hace hincapié en cómo las marcas chinas han invertido “consistentemente” en investigación y desarrollo resaltando que las empresas a las que se apunta para implementar aranceles por parte de la Comisión Europea han reducido un 73% sus ventas en el mercado europeo tras desplomarse un 82% la confianza para invertir en el viejo continente en el futuro próximo.
LOS FABRICANTES ASIÁTICOS PIDEN SANCIONES
Por su parte, este miércoles se ha dado a conocer que los fabricantes de automóviles chinos están pidiendo al Gobierno de Xi Jinping la imposición de aranceles a las importaciones de vehículos propulsados por gasolina procedentes de la Unión Europea.
En una reunión a puerta cerrada celebrada en las últimas horas entre los fabricantes chinos y el Gobierno de su país a la que también asistieron firmas de automóviles europeas, varios líderes empresariales asiáticos pidieron aumentar la presión comercial sobre los coches más contaminantes, según publican medios estatales.
El actual arancel de importación de automóviles de China es del 15% aunque las pretensiones de las marcas pasan por una subida hasta el 25% del arancel a las importaciones de vehículos de gasolina. Medidas que, en todo caso, podrían costarle hasta 4.000 millones de euros en intercambios comerciales a la industria, según el Instituto Económico Kiel.
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