MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, recordó este martes, al ser preguntado por su opinión sobre cuánto debería subir el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), que a los funcionarios se les ha incrementado su retribución un 3,5% y “es una referencia que está ahí”, al tiempo que defendió que los últimos incrementos han “destruido” empleo “porque no se ha creado” y “en un país lo que hay que hacer es crear empleo”.
Garamendi se expresó de este modo durante un encuentro informativo organizado por la Cadena SER de la Comunidad Valenciana, donde dijo que al hablar de SMI no solo hay que tratar la cifra, sino que “hay que hablar de más temas”.
Sobre el informe de expertos que propone un alza del SMI entre el 4,6% y el 8,2% para 2023, Garamendi ironizó asegurando que los expertos los tiene él, ya que son los empresarios los que pagan los sueldos de los empleados.
Además, criticó que en los últimos años este indicador haya crecido en torno al 35%, mientras que hay empresas con contratos con las administraciones públicas a quienes no se les elevan las cuantías de subir el SMI. “Te comes tú el tema, entras en pérdidas, tienes los problemas y yo no me la juego”, denunció el presidente de los empresarios sobre.
También explicó que el SMI va a superar en más de la mitad de las comunidades autónomas el 60% del salario medio y subrayó que no es igual el coste de la vida ni la facturación empresarial en zonas como la Comunidad Valenciana que en Almendralejo (Badajoz).
Del mismo modo, criticó que el SMI está “invadiendo” la negociación colectiva, porque afecta ya a algunos salarios que se van a ver arrastrados en convenios en la negociación colectiva. “Igual los salarios acaban siendo otro factor regulado por el Gobierno”, previno.
NEGOCIACIÓN CON SINDICATOS
Sobre el V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), que sindicatos y patronal mantienen paralizado por la falta de consenso sobre la incorporación de cláusulas de revisión salarial con la inflación en los convenios colectivos de forma generalizada, Garamendi sostuvo que la negociación colectiva “está abierta y está funcionando”, ya que se siguen firmando convenios en España. Además, señaló que no se pueden aplicar las mismas subidas salariales en todos los ámbitos, ya que “no tiene absolutamente nada que ver un sector con otro”.
Asimismo, alertó de la “cantidad” de pymes y autónomos que “están cerrando” y advirtió de que “esta es la economía real”, por lo que se va trabajando “partido a partido”.
Con todo, afirmó que no se debe confundir el AENC con el pacto de rentas al que llama el Gobierno a los agentes sociales, ya que este último incluye otras cuestiones y debería contar con el concurso del PP.
FALTA DE TRABAJADORES
En la entrevista, el presidente de la CEOE incidió en la falta de trabajadores en sectores relacionados con las nuevas tecnologías o en la construcción, pese a que hay unos tres millones de parados en el país. A su juicio, “hay un problema de aptitud porque tenemos que preparar a la gente” en cuestiones como la digitalización. A este respecto, puso en valor el acuerdo entre agentes sociales y Gobierno en materia de formación.
No obstante, preguntado por si se arrepiente por haber dicho que hay un problema de actitud y de aptitud en España, respondió que no, aunque precisó: “No estoy diciendo que la gente no quiera trabajar”. En su opinión, igual que hay empresarios que pueden realizar mal su labor, también sucede con empleados. “No se puede no poder decir tampoco algo en España. Si hay que decirlo se dice”, apuntó.
El presidente de la CEOE también defendió que si “hace falta gente” en algunos sectores pueda favorecerse que vengan del extranjero. “¿No somos globales?”, se preguntó.
Por otro lado, sobre el programa piloto del Gobierno para impulsar la jornada laboral de cuatro días semanales, Garamendi apostó por la “libertad” de cada empresa y la decisión que se tome en el diálogo social. Eso sí, avisó de que en ocasiones estas iniciativas son “gestos políticos de márquetin político”.
Finalmente, sobre la negociación de la segunda fase de la reforma de pensiones, destacó que el acuerdo es difícil. “No voy a decir que no, pero fácil no va a ser”, remarcó. Además, insistió en su advertencia de que el sistema de pensiones “no es sostenible” si se quiere hacer recaer el peso sobre las empresas mediante medidas como la subida de las bases de cotización.
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