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“Casi todo permanece igual en la producción de ‘Turandot’ de Bob Wilson para poner fin a la temporada en el Real entre una ovación”

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Esta ha sido la primera representación de las 17 funciones en total que se llevará a cabo en el Real hasta el próximo 22 de julio

MADRID, 3 (EUROPA PRESS)

El Teatro Real ha acogido este lunes 3 de julio el estreno de la reposición de ‘Turandot’ de Giacomo Puccini, que, como anunció el director de escena, Bob Wilson, “básicamente” es la misma producción que la realizada en 2018, salvo por el elenco, encabezado por Jorge de León, encargado de interpretar el ‘Nessun Dorma’, momento álgido de la noche.

La actuación del español ha recibido una ovación por parte del público que casi logra colgar el cartel de ‘no hay billetes’ (96% de entradas vendidas, según el Teatro Real), si bien la mayor aprobación ha sido para Anna Pirozzi (Turandot) y Salome Jicia (Liù), en quienes ha recaído el mayor entusiasmo de los asistentes que han aplaudido durante más de siete minutos.

También una de las grandes ovaciones de la noche ha sido para el director musical, Nicola Luisotti, que ha estado en el foso al frente del Coro y Orquesta Titulares del Real y de los Pequeños cantores de la JORCAM.

Uno de los principales objetivos del director de escena, Bob Wilson, era “mantener los ojos abiertos del público”, como él mismo reconoció en rueda de prensa, y ha conseguido que ‘nadie se duerma’, especialmente con la aria final, como punto más alto de la ópera.

Esta producción se estrenó por primera vez en el coliseo madrileño en 2018. El elenco ha estado capitaneado por Jorge de León (Calaf); Anna Pirozzi (Turandot); Adam Palka (Timur) o Salome Jicia (Liù), entre otros. Otra de las principales figuras que han repetido este lunes respecto al estreno en 2018 ha sido Nicola Luisotti.

La trama de ‘Turandot’ se desarrolla en una misteriosa ciudad de Pekín (China). El oriente de Wilson se aprecia como un lugar inexplorado, salvaje o cruel, con una civilización particular y alejada en el tiempo, donde reina un clima despiadado y un ritual que sirve de marco a la historia.

En ella, un mandarín declara que quien desee casarse con la fría y cruel princesa Turandot tendrá que resolver tres enigmas y, si los acierta conseguirá su corazón, pero si falla, se le cortará la cabeza. Un valiente príncipe extranjero que oculta su nombre (Calaf), se enamora a primera vista de ella y acepta el reto, pero Turandot se resiste a entregarse a él y éste le propone a su vez un acertijo: que adivine su nombre antes del amanecer. Si lo hace, él morirá; si no, ella accederá a casarse.

Durante el espectáculo –de casi dos horas y media– los personajes de ‘Turandot’ declaman hieráticos su estado de ánimo en soliloquios. La princesa Turandot se erige en una ejecutora trágica de una sagrada misión de venganza. Es una diosa de la destrucción para quien el amor no puede ser más que una rendición, pero que al final regresa a lo humano.

El argumento también queda implícito a través de la puesta en escena, donde Bob Wilson hace uso del color rojo para simbolizar la muerte y la pasión, ambas encarnadas en la princesa Turandot. Esta calidez contrasta con el resto de la escena para la que se reserva los colores negros y blancos, mediante un juego de luces y sombras.

El director de escena utiliza siluetas a contraluz, máscaras y movimientos casi rituales para contar la leyenda de la sanguinaria princesa China, enmarcada en su espacio escenográfico ‘natural’, que entronca directamente con el milenario teatro de sombras oriental.

LA OBRA ES FIEL A PUCCINI

Giacomo Puccini falleció en 1924 antes de concluir el tercer acto de la composición, una labor que recayó en su discípulo Franco Alfano, quien pudo rematarla partiendo de los esbozos y notas dejados por su maestro.

El final de ‘Turandot’ escrito por Alfano es, desde su estreno en 1926, el que se emplea habitualmente y la versión de Wilson es fiel a la escrita por el discípulo de Puccini.

PEDRO LAVIRGEN

Esta ha sido la primera representación de las 17 funciones en total que se llevará a cabo en el Real hasta el próximo 22 de julio. Todas las actuaciones servirán de homenaje al tenor español Pedro Lavirgen, fallecido el 2 de abril de 2023.

En rueda de prensa, el director artístico del Teatro Real, Joan Matabosch calificó a Lavirgen como “uno de los grandes tenores de su generación y uno de los grandes intérpretes del papel de Calaf”.

La producción también sirve de despedida de Andrés Máspero, director del Coro del Teatro Real desde 2010, al que ha colocado aun nivel internacional altísimo.


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