MADRID, 15 (EUROPA PRESS)
Canjear parte de la deuda de países en desarrollo a cambio de que alcancen resultados en proyectos climáticos permitiría utilizar más de 103.400 millones de dólares en acción climática, según un estudio del Instituto Internacional para el Medioambiente y el Desarrollo (IIMD).
Estos intercambios de deuda por naturaleza se han implementado en Cabo Verde, Ecuador, Gabón y Belice. De cara a las reuniones de primavera del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que comienzan hoy, el IIMD ha hecho un llamamiento para que las instituciones financieras internacionales y el G20 los promuevan como herramienta para abordar la crisis de deuda en aquellos países con mayor riesgo de sufrir las consecuencias del cambio climático.
El análisis se centra en los 49 países con mayor riesgo de incumplir sus deudas externas sobre los que pudieron encontrar datos. En conjunto, estos países deben 431.000 millones de dólares, según las cifras del FMI y el Banco Mundial sobre el volumen de deuda externa pública de 2022 (las más recientes disponibles). Usando una metodología derivada de planes internacionales anteriores de reducción de deuda, el IIMD estima que 103.400 millones de dólares de ese total podrían liberarse para estos canjes por naturaleza. En comparación, recibieron 13.800 millones de dólares en financiación climática en 2021, según cifras de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
Además, el Instituto concreta que 29 de los 49 países estudiados forman parte del Grupo de Países Menos Desarrollados que negocian como bloque en las conversaciones sobre el clima de la Organicación de Naciones Unidas (ONU). Para estos países, los canjes de deuda por naturaleza podrían liberar 33.700 millones de dólares para acción climática, según la investigación. En comparación, estos mismos países recibieron 6.100 millones de dólares para financiación climática en 2021.
De esta manera, la institución ha apuntado que la cantidad de dinero que podría liberarse en estos canjes por naturaleza supera de manera amplia los aproximadamente 700 millones de dólares prometidos hasta ahora en el fondo de ‘pérdidas y daños’ de la COP28.
Con estas cifras, el IIMD critica que la mayor parte de la financiación climática se proporciona en forma de préstamos en lugar de subvenciones, lo que provoca que países de bajos ingresos se endeuden aún más cuando intentan luchar contra el cambio climático. En su opinión, los canjes de deuda por naturaleza deben considerarse como parte de las soluciones estratificadas para cada país, junto con acuerdos que suspendan los pagos de la deuda cuando ocurren desastres, o seguros “paramétricos” que puedan cubrir los pagos mientras se lleva a cabo la recuperación tras los mismos. “Para algunos países, la cancelación de la deuda podría ser la solución adecuada”, añade la institución.
La directora del grupo de investigación ‘Dando forma a mercados sostenibles’ del IIMD, Laura Kelly, ha señalado que “nuestro sistema financiero quebrado debe dejar atrás el pensamiento colonialista del siglo XX si quiere servir a todos de manera justa”. “El dinero que podría ayudar a restaurar los ecosistemas dañados y proteger a las comunidades vulnerables de inundaciones o sequías está fluyendo, en cambio, hacia los bancos y los contaminadores del mundo rico”, ha criticado.
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