MADRID, 24 (EUROPA PRESS)
El Gobierno de Camerún ha negado haber elegido a ningún intermediario extranjero para mediar en el conflicto que desde 2017 enfrenta al Estado y a las milicias separatistas de las dos regiones anglófonas –Noroeste y Suroeste–, días después de que Canadá anunciara que había sido elegida para facilitar un acuerdo.
“El Gobierno de la República de Camerún informa a la comunidad nacional e internacional de que no ha confiado a ningún país o entidad extranjera ningún papel de mediador para resolver la crisis en las regiones de Noroeste y Suroeste”, comienza el comunicado firmado por el ministro de Información, René Sadi.
En ese sentido, Sadi ha recordado que corresponde a los cameruneses, a las instituciones y a sus líderes elegidos libremente, “buscar las formas y los medios apropiados” para abordar los problemas que enfrenta el país y ha puesto como ejemplo de ello el diálogo nacional establecido en Yaundé desde 2019.
No obstante, las autoridades camerunesas han querido agradecer a los “países amigos” y a las instituciones internacionales por el interés que han mostrado en este conflicto y les ha animado a que sigan enviando su apoyo en diferentes áreas.
“El Gobierno urge a los países amigos que rastreen y traigan hasta la Justicia a quienes desde el extranjero están financiando y espoleando la violencia en nuestro país”, dice el comunicado en el que se agradece a Estados Unidos por las acciones que ha llevado a cabo hasta la fecha para devolver a quienes perpetran estos actos.
La semana pasada, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Canadá publicó una nota agradeciendo que hubiera sido elegido por las partes en conflicto para “facilitar” el proceso de negociación.
Las regiones anglófonas de Camerún –Noroeste y Suroeste– se han visto sacudidas por el conflicto a raíz de la represión de los movimientos separatistas tras la autoproclamación de la independencia de Ambazonia el 1 de octubre de 2017.
El año anterior, esta zona –otrora parte de las colonias británicas en África pero que decidieron unirse al Camerún francés– fue escenario de protestas pacíficas para reclamar una mayor autonomía o la independencia argumentando una discriminación por parte de las autoridades centrales, también en temas de idioma.
Desde entonces, los grupos armados han proliferado y el apoyo a los separatistas, hasta entonces bastante marginal, se ha visto acrecentado. El Gobierno ha respondido mediante una dura represión, durante la que las organizaciones de Derechos Humanos han acusado a las fuerzas de seguridad de cometer atrocidades.
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